¿Y que hacemos con las sobras?
por JOSÉ BAIG | imagen: JOSÉ BAIG | VIERNES 27 DE FEBRERO DE 2015
Es una verdad universal, donde hay comida hay sobras. Y tirar las sobras a la basura es un desperdicio de dinero y del tiempo que tardamos en preparar la comida, así que aquí van algunas recomendaciones para aprovechar las sobras.
Usa el congelador: la refrigeración es uno de los métodos más seguros para guardar comida. Usa bolsas de plástico o recipientes herméticos. Ponle siempre la fecha a la comida que estés congelando para tener una idea de hasta cuándo es seguro consumirla (entre 3 y seis meses, dependiendo del alimento). Antes de guardar sobras en el congelador, asegúrate de que están a temperatura ambiente o frías, así cuidas tu congelador.
Cocina: con el pan seco se hace una deliciosa torta de pan, con la carne que sobró de la comida familiar del domingo se pueden hacer sándwiches, el arroz frío se puede añadir a una ensalada. Siempre ten un plan para la comida que sobra.
Prepara más comida: puede parecer contradictorio, pero una de las formas de ahorrar comida es preparar porciones grandes. Por ejemplo, si vas a hacer una salsa para pastas o una sopa, puedes preparar una cantidad grande. Así puedes usar de una vez toda la carne que compraste para la salsa o todas las verduras que compraste para la sopa. Sirves la mitad y congelas la otra mitad, así de fácil.
Usa el congelador: la refrigeración es uno de los métodos más seguros para guardar comida. Usa bolsas de plástico o recipientes herméticos. Ponle siempre la fecha a la comida que estés congelando para tener una idea de hasta cuándo es seguro consumirla (entre 3 y seis meses, dependiendo del alimento). Antes de guardar sobras en el congelador, asegúrate de que están a temperatura ambiente o frías, así cuidas tu congelador.
Cocina: con el pan seco se hace una deliciosa torta de pan, con la carne que sobró de la comida familiar del domingo se pueden hacer sándwiches, el arroz frío se puede añadir a una ensalada. Siempre ten un plan para la comida que sobra.
Prepara más comida: puede parecer contradictorio, pero una de las formas de ahorrar comida es preparar porciones grandes. Por ejemplo, si vas a hacer una salsa para pastas o una sopa, puedes preparar una cantidad grande. Así puedes usar de una vez toda la carne que compraste para la salsa o todas las verduras que compraste para la sopa. Sirves la mitad y congelas la otra mitad, así de fácil.
Usa el horno: a veces abrimos la nevera y nos encontramos una taza de pasta, un poco de brócoli, dos rebanadas de jamón, un trozo pequeño de queso, un cuarto de pechuga y media cebolla. ¿Qué hacer? Nuestra recomendación es cortar el jamón, el pollo, el queso y la cebolla en trocitos, mezclarlo todo con el arroz y el brócoli, añadir dos o tres huevos, colocar en una bandeja de horno, cubrir con pan y queso rallado y gratinar. Le das de comer a la familia y limpias la nevera al mismo tiempo.
Acuérdate de tu mascota: no es una práctica saludable darle de comer a la mascota mientras estamos en la mesa (especialmente si es un perro o un gato), pero sí es cierto que esas sobras que ya no queremos las podemos compartir con ellos. Así se sentirán todavía más parte de la familia. Claro, siempre consulta con tu veterinario cuáles alimentos son adecuados para tu mascota.
Recicla: todo lo que se tira en la cocina (las cáscaras de las frutas, los tallos de los vegetales, la comida que se pone vieja) se puede reciclar para hacer abono orgánico. En internet puedes encontrar miles de recomendaciones de cómo hacerlo de forma segura y sin malos olores en tu cocina.
¡Tíralas a la basura!: pasa hasta en las cocinas mejor organizadas del mundo. A veces, un alimento se vence en la nevera, la lechuga se marchita, el pollo comienza a tener mal olor, la mermelada tiene hongos. Cuando eso pase, tira el alimento en mal estado inmediatamente, no lo dejes viviendo en tu nevera para siempre.
Acuérdate de tu mascota: no es una práctica saludable darle de comer a la mascota mientras estamos en la mesa (especialmente si es un perro o un gato), pero sí es cierto que esas sobras que ya no queremos las podemos compartir con ellos. Así se sentirán todavía más parte de la familia. Claro, siempre consulta con tu veterinario cuáles alimentos son adecuados para tu mascota.
Recicla: todo lo que se tira en la cocina (las cáscaras de las frutas, los tallos de los vegetales, la comida que se pone vieja) se puede reciclar para hacer abono orgánico. En internet puedes encontrar miles de recomendaciones de cómo hacerlo de forma segura y sin malos olores en tu cocina.
¡Tíralas a la basura!: pasa hasta en las cocinas mejor organizadas del mundo. A veces, un alimento se vence en la nevera, la lechuga se marchita, el pollo comienza a tener mal olor, la mermelada tiene hongos. Cuando eso pase, tira el alimento en mal estado inmediatamente, no lo dejes viviendo en tu nevera para siempre.
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