GOG pasión que nunca descansa
El Grupo Occidental Gastronómico cumple ocho años y recibe nuevos integrantes. Acá cuentan sobre sus expectativas a futuro
por HÉCTOR GALBÁN | imagen: NORGE BOSCÁN | DOMINGO 12 DE JULIO DE 2015
Wilmer Arias, Carlos Hernández y Coco Maggiolo son profesionales de áreas que nada tienen que ver con la cocina. La verdadera pasión de los tres los llevó a los fogones y en diferentes escuelas de cocina comenzaron sus estudios. El tiempo pasó y ya han transcurrido ocho años desde que comenzaron juntos a darle forma a lo que se conoce hoy como Grupo Occidental Gastronómico (GOG). Su intención siempre ha sido clara: no buscan atribuirse la historia de la cocina zuliana, solo quieren que las tradiciones detrás de los platos emblemáticos sea preservada y difundida.
"Unirnos como colectivo de cocineros fue una recomendación de Víctor Moreno, quien nos dijo que teníamos que investigar sobre nuestra gastronomía y documentar productos, procedimientos, técnicas y recetas para difundir y aumentar el material documental sobre la culinaria zuliana que tanto gusta en el resto del país", comenta Carlos Hernández. Hoy en día Hernández se encuentra al frente de la cocina del hotel Kristoff y ha comenzado a desarrollar investigaciones gastronómicas en la búsqueda de la evolución de su carrera culinaria; sin embargo, como fundador sigue apoyando a las nuevas generaciones de cocineros que ahora hacen vida y llevan adelante el GOG. Coco Maggiolo transitó junto al grupo hasta el año pasado, cuando emprendió rumbo más allá de las fronteras del país para el desarrollo de un plan personal donde está proyectando la arepa como plato venezolano. Al hablar con Wilmer Arias, sobre lo que han sido estos años de trabajo en GOG, vuelve la mirada a su carrera y cuenta: "Hacemos hincapié en valorar los sabores propios. Nacimos con el objetivo de documentar las historias detrás de los platos zulianos. Desde nuestra experiencia queremos registrar lo que hemos conocido y difundir la inmensa tradición que acompaña la culinaria zuliana".
La constancia es uno de los rasgos que comparten los fundadores de este colectivo al que se han sumado nuevos integrantes. Desde este año los fundadores decidieron no llevar el protagonismo en las actividades del grupo para el desarrollo de sus trabajos personales y el de una nueva generación de cocineros, compuesta por Fredy García, Algimiro Torres, León Farías y Tomas Rodríguez Ball; ellos llevan la batuta en los nuevos proyectos del grupo. "Estos muchachos tiene años trabajando en las brigadas del grupo, pero ahora están listos para que podamos confiarles la nueva etapa de este colectivo que tanto nos ha enseñado. Esto se trata de compromiso. No es un tema de individualismos, es nuestro aporte a la construcción de una identidad como cocina zuliana", apunta Carlos Hernández.
Todos los miembros del GOG buscan crear vínculos afectivos entre los comensales y los platos que sirven para poder impactar en su memoria gustativa esos aliños y cocciones propios del Zulia. La suma del trabajo de todos permitirá la preservación y difusión de la zulianidad. "Hacemos lo que creemos correcto. Hemos llevado y defendido nuestros sabores en otras latitudes del país y ese debe ser el trabajo de todos los cocineros de la región, cada uno desde su posición. Una cocina que crece con los aportes de todos y que se proyecta".
La nueva generación
Para Tomás Rodríguez Ball su historia con GOG ha sido un tanto jocosa. Le tocó ser alumno de Carlos Hernández en una escuela de la ciudad. Convencido de la importancia del trabajo de GOG y con ganas de participar, se le plantó a Hernández y le dijo que cómo hacía para pertenecer al colectivo. La respuesta fue: "Con constancia, compromiso y dedicación". Ya tiene cuatro años cocinando de manera profesional. Desde entonces, no ha recibido un no como respuesta cuando se trata de algo relacionado con las investigaciones del grupo. "Trabajando con GOG aprendí a solucionar problemas y advertí que la cocina es una pasión que nunca descansa". Algimiro Torres lleva nueve años cocinando profesionalmente y dos en las filas de GOG. "Aprendo mucho de mis compañeros. Una de las cosas que cultivo en este aprendizaje es la dedicación para lograr un plato o terminar una investigación". No todos los miembros nuevos llegaron solos, a Fredy García lo conocieron cuando pescaba en la Isla de Zapara. "Los muchachos creyeron en mi trabajo, en mis ganas de aprender y me invitaron a ser parte de este equipo. Desde muy joven comencé a pescar y aprendí a tratar con sencillez y respeto los frutos del lago de Maracaibo; he aportado esto al grupo".
León Farías se formó como cocinero fuera de Venezuela. Supo del grupo por televisión y desde la cocina donde trabajaba contactó a varias personas que conocían a los integrantes del GOG y le sirvieron de puente para trabajar con ellos. De sus andanzas con GOG, una de las cosas que más valora es poder acercarse de primera mano a las preparaciones que definen a la región y que no le eran familiares.
Este grupo de cocineros sigue escribiendo páginas en su libro de vida y espera por nuevos entusiastas investigadores con un poco de locura, como ellos mismos se definen, para seguir sumando voluntades en la construcción de la perdurabilidad del fogón zuliano.
hgalban@laverdad.com
"Unirnos como colectivo de cocineros fue una recomendación de Víctor Moreno, quien nos dijo que teníamos que investigar sobre nuestra gastronomía y documentar productos, procedimientos, técnicas y recetas para difundir y aumentar el material documental sobre la culinaria zuliana que tanto gusta en el resto del país", comenta Carlos Hernández. Hoy en día Hernández se encuentra al frente de la cocina del hotel Kristoff y ha comenzado a desarrollar investigaciones gastronómicas en la búsqueda de la evolución de su carrera culinaria; sin embargo, como fundador sigue apoyando a las nuevas generaciones de cocineros que ahora hacen vida y llevan adelante el GOG. Coco Maggiolo transitó junto al grupo hasta el año pasado, cuando emprendió rumbo más allá de las fronteras del país para el desarrollo de un plan personal donde está proyectando la arepa como plato venezolano. Al hablar con Wilmer Arias, sobre lo que han sido estos años de trabajo en GOG, vuelve la mirada a su carrera y cuenta: "Hacemos hincapié en valorar los sabores propios. Nacimos con el objetivo de documentar las historias detrás de los platos zulianos. Desde nuestra experiencia queremos registrar lo que hemos conocido y difundir la inmensa tradición que acompaña la culinaria zuliana".
La constancia es uno de los rasgos que comparten los fundadores de este colectivo al que se han sumado nuevos integrantes. Desde este año los fundadores decidieron no llevar el protagonismo en las actividades del grupo para el desarrollo de sus trabajos personales y el de una nueva generación de cocineros, compuesta por Fredy García, Algimiro Torres, León Farías y Tomas Rodríguez Ball; ellos llevan la batuta en los nuevos proyectos del grupo. "Estos muchachos tiene años trabajando en las brigadas del grupo, pero ahora están listos para que podamos confiarles la nueva etapa de este colectivo que tanto nos ha enseñado. Esto se trata de compromiso. No es un tema de individualismos, es nuestro aporte a la construcción de una identidad como cocina zuliana", apunta Carlos Hernández.
Todos los miembros del GOG buscan crear vínculos afectivos entre los comensales y los platos que sirven para poder impactar en su memoria gustativa esos aliños y cocciones propios del Zulia. La suma del trabajo de todos permitirá la preservación y difusión de la zulianidad. "Hacemos lo que creemos correcto. Hemos llevado y defendido nuestros sabores en otras latitudes del país y ese debe ser el trabajo de todos los cocineros de la región, cada uno desde su posición. Una cocina que crece con los aportes de todos y que se proyecta".
La nueva generación
Para Tomás Rodríguez Ball su historia con GOG ha sido un tanto jocosa. Le tocó ser alumno de Carlos Hernández en una escuela de la ciudad. Convencido de la importancia del trabajo de GOG y con ganas de participar, se le plantó a Hernández y le dijo que cómo hacía para pertenecer al colectivo. La respuesta fue: "Con constancia, compromiso y dedicación". Ya tiene cuatro años cocinando de manera profesional. Desde entonces, no ha recibido un no como respuesta cuando se trata de algo relacionado con las investigaciones del grupo. "Trabajando con GOG aprendí a solucionar problemas y advertí que la cocina es una pasión que nunca descansa". Algimiro Torres lleva nueve años cocinando profesionalmente y dos en las filas de GOG. "Aprendo mucho de mis compañeros. Una de las cosas que cultivo en este aprendizaje es la dedicación para lograr un plato o terminar una investigación". No todos los miembros nuevos llegaron solos, a Fredy García lo conocieron cuando pescaba en la Isla de Zapara. "Los muchachos creyeron en mi trabajo, en mis ganas de aprender y me invitaron a ser parte de este equipo. Desde muy joven comencé a pescar y aprendí a tratar con sencillez y respeto los frutos del lago de Maracaibo; he aportado esto al grupo".
León Farías se formó como cocinero fuera de Venezuela. Supo del grupo por televisión y desde la cocina donde trabajaba contactó a varias personas que conocían a los integrantes del GOG y le sirvieron de puente para trabajar con ellos. De sus andanzas con GOG, una de las cosas que más valora es poder acercarse de primera mano a las preparaciones que definen a la región y que no le eran familiares.
Este grupo de cocineros sigue escribiendo páginas en su libro de vida y espera por nuevos entusiastas investigadores con un poco de locura, como ellos mismos se definen, para seguir sumando voluntades en la construcción de la perdurabilidad del fogón zuliano.
hgalban@laverdad.com
En Mérida
GOG participó en el encuentro Venezuela Gastronómica capítulo Mérida con una ponencia sobre el cangrejo de mangle o cangrejo rojo. La carne de este crustáceo es muy apreciada por su sabor. Los ejemplares pueden llegar a pesar en total hasta kilo y medio, de los cuales se aprovechan entre 200 y 350 gramos de carne. Poco se ha investigado sobre este animal; sin embargo, es altamente consumido por las poblaciones aledañas a los manglares en el Zulia. Fue servido en una de las cenas que como grupo les correspondió cocinar en el marco del encuentro.
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