Tres ingredientes para ver La Cocinera
por PABLO BLANCO | DOMINGO 5 DE JULIO DE 2015
La revolución cubana sirve como punto de partida para contar La Cocinera, obra del autor cubanoestadounidense Eduardo Machado, que llega a su segunda temporada el próximo viernes 17 de julio en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, producida por Deus Ex Machina y La caja de fósforos, con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos.
Un texto agridulce
"¿Pero qué es lo que está pasando? El caos". Machado entrega diálogos inteligentes, llenos de frases contundentes con el perfecto balance entre el humor, el drama y la reflexión que puede generar el tema de la diferencia social y política, en este caso, reflejada en la amistad entre Adria (Valeria Castillo), la señora de la casa que se exilia en Estados Unidos tras la caída de Fulgencio Batista, y Gladys (Layla Vargas), fiel empleada que le promete a la primera encargarse del hogar en su ausencia.
Un drama que se cocina
La directora Rossana Hernández construyó una interesante puesta en escena hiperrealista en una cocina en la que Gladys prepara bandejas de dulces, aliña el pollo y hasta fríe tamales cubanos. Los aromas se cuelan entre el público mientras la protagonista enfrenta su drama personal a lo largo de su vida y con el respectivo cambio de contexto.
Una lluvia de premios
La Cocinera obtuvo cinco Premios Municipales de Teatro César Rengifo: Mejor Actriz a Layla Vargas; Mejor Dirección a Rossana Hernández; Mejor Actor para Rubén León en su personaje de Carlos, el esposo de Gladys; Mejor Actor de Reparto para Ernesto Campos, en su rol de Julio, quien enfrenta el conflicto de asumirse homosexual en un panorama nada favorecedor; y Mejor Vestuario para Raquel Ríos. Más de uno se conmueve ante el planteamiento de la pieza en torno a la polarización o bien suelta la carcajada ante el clásico sarcasmo latinoamericano. Buen provecho.
Un texto agridulce
"¿Pero qué es lo que está pasando? El caos". Machado entrega diálogos inteligentes, llenos de frases contundentes con el perfecto balance entre el humor, el drama y la reflexión que puede generar el tema de la diferencia social y política, en este caso, reflejada en la amistad entre Adria (Valeria Castillo), la señora de la casa que se exilia en Estados Unidos tras la caída de Fulgencio Batista, y Gladys (Layla Vargas), fiel empleada que le promete a la primera encargarse del hogar en su ausencia.
Un drama que se cocina
La directora Rossana Hernández construyó una interesante puesta en escena hiperrealista en una cocina en la que Gladys prepara bandejas de dulces, aliña el pollo y hasta fríe tamales cubanos. Los aromas se cuelan entre el público mientras la protagonista enfrenta su drama personal a lo largo de su vida y con el respectivo cambio de contexto.
Una lluvia de premios
La Cocinera obtuvo cinco Premios Municipales de Teatro César Rengifo: Mejor Actriz a Layla Vargas; Mejor Dirección a Rossana Hernández; Mejor Actor para Rubén León en su personaje de Carlos, el esposo de Gladys; Mejor Actor de Reparto para Ernesto Campos, en su rol de Julio, quien enfrenta el conflicto de asumirse homosexual en un panorama nada favorecedor; y Mejor Vestuario para Raquel Ríos. Más de uno se conmueve ante el planteamiento de la pieza en torno a la polarización o bien suelta la carcajada ante el clásico sarcasmo latinoamericano. Buen provecho.
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