Ni pan ni cerveza, ahora sí que estamos malTAL CUAL 11-07-15
Primer plato
El pan y la cerveza son hijos de la levadura, cuyo proceso de fermentación es considerado una actividad cultural universal basado en la forma más primitiva de procesar los alimentos. Sin ella, el trigo sería un cereal inútil, y fue su acción de procesar el alimento lo que permitió que el hombre avanzara un paso más en la cadena alimenticia. De hecho, hay quienes sostienen que primero se inventó la cerveza antes que el pan, tanto que en un principio era considerada un alimento liquido, lo cual es absolutamente cierto.
La fermentación alcohólica es la más antigua de todas y, seguramente, la más popular por sus resultados. El antropólogo norteamericano Salomón Katz es de la idea de que el hombre se ocupó de la agricultura y dejó la caza y la recolección, para tener un suministro estable de alcohol. Y, tal como lo dice Michel Pollan, “la cerveza se inventó antes que el pan y en cuanto las personas la probaron, buscaron la manera de producir más de lo que conseguían mediante la recolección de semillas, fruta o miel”.
Es más, la elaboración de cerveza es casi de la misma época que la agricultura y significó un aumento nutricional importante para los humanos, que compensó muchas veces la falta de carne en la dieta.
En casi todas las culturas la fermentación tienen un carácter mágico, de origen divino.
Segundo plato
¿Y nuestros aborígenes no gustaban de la cerveza? Bueno, no propiamente como la conocemos ahora, sino en forma de chicha obtenida de la fermentación del maíz o de la yuca o de alguna fruta madura. Galeotto Cey lo constató con estas palabras, en su obra “Viaje y descripción de las Indias 1539-1553”: “De este grano hacen los indios además una bebida, del mismo modo que la de la raíz de yuca, y de otra forma asan el maíz sobre una tortera, después lo muelen un poco y lo ponen a cocer con agua, y un poco de pan, el de las hallacas, masticado, y luego de bien hervido lo ponen en ciertas vasijas a reposar, y el cabo de dos o tres días está listo para beber: lo que sale primero, claro, lo llaman algunos “carato” otros “pichipuro” y otros “chicha”. Luego lo compara con la manera de hacer vino y confiesa que tardó diez años en probarlo. También cita a un francés amigo suyo que bebía chicha “si no hay buen vino”.
Todos los cronistas de Indias mencionan la chicha, la manera de prepararla y el placer que sentían por ella que los llevaba a embriagarse cada vez que podían. Para obtener una buena y rápida fermentación del grano, se masticaba una y otra vez, se escupía con fuerza y se colocaba en una jarra de arcilla.
El padre Miguel Acosta Saignes, en uno de sus escritos, dice que “se hace mascando el maíz y haciendo levadura de lo que así se masca, y después de cocido; y aun es opinión de indios que, para hacer buena levadura, se ha de mascar de viejas podridas”. El padre Felipe Salvador Gilij es de opinión contraria y afirma que los indios del Orinoco “prefieren para este menester indias jóvenes”.
De viejas o de jóvenes, lo cierto es que nuestros ancestros preferían beber maíz a comer maíz. Igual cosa hacía los europeos, que preferían beber centeno transformado en cerveza que transformado en pan.
Postre
O sea que no tenemos salvación, ya que no tenemos ni pan ni cerveza y si al maíz vamos, nos costará conseguirlo. Tampoco podemos esperar un milagro como el de Jesús con la multiplicación del pan y del vino. El vino está carísimo y pan, simplemente, no hay.
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