La guía Michelin es la mayor referencia en el mundo culinario y en el mundo del hospedaje. La guía Michelin la publican, precisamente los fabricantes de los famosos neumáticos, de los cauchos Michelin. Y la hicieron como una manera de incentivar al viaje en automóvil. Esta es una guía que viene de los primeros años del siglo pasado, del siglo XX.
La guía es muy completa en lo que refiere a Europa, y es famosa pues porque otorga las estrellas, las muy codiciadas estrellas. Estrellas que suben o bajan según el comportamiento de un restaurant. Es bueno acotar, que las estrellas no son para los chefs, sino para el restaurant. Sin embargo, dado que es un chef el que lleva adelante el restaurant, se puede decir que tal chef tiene tantas estrellas Michelin. Y ello puede explicar que algún chef que tiene distintos restaurantes, en distintas ciudades, pueda tener entonces también un acumulativo de varias estrellas.
Además, la guía Michelín, los investigadores son siempre anónimos, nunca se revelan, porque la Guía Michelin cuida mucho ese criterio digamos, objetivo. Una estrella es un logro magnifico, dos ni se diga, tres, la gloria. Pero se pueden perder estrellas. Como me decía una vez un gastrónomo experto, decía, nada mejor que ir a un restaurant que perdió una estrella porque con esas dos va hacer milagros para recuperar la anterior.
Ahora, lo que nos interesa, es que “La Guía Michelin por fin rueda en la América Latina”. Esto se lo leo a Rosa Rivas en Madrid:
Latinoamérica contará por fin una guía Michelin. Lo acaba de anunciar la compañía de neumáticos a través de un comunicado, en el que el director general de la publicación, Michael Ellis, manifiesta su satisfacción por cumplir con una demanda que venían reclamando los actores de la emergente cocina de esa región y confirma que “ya hay inspectores de la guía explorando el panorama gastronómico brasileño”. Porque la primera edición suramericana de la colección internacional de la famosa guía roja estará dedicada a las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo. Será lanzada en marzo de 2015, con una selección de los mejores restaurantes y hoteles de estas dos metrópolis.
Ya se empieza a especular como quedaran calificados, por ejemplo, Alex
Atala del D.O.M, o Helena Rizzo del Maní, Rodrigo Oliveira del Mocotó, Alberto Landgraf del Epice, Jefferson Rueda del Attimo, André Mifano del Vito, Tsuyoshi Murakami en Kinoshita…todos estos de San Pablo. O en Río de Janeiro: Roberta Sudbrack de Sudbrack, Pedro de Artagão -Irajá Gastro, Thomas Troisgros de Olympe, Paolo Lavezzini de Fasano al Mare.
Acá nos hacen una acotación en esta nota, y en
algunos puntos de América Latina hay guía Michelin. Por ejemplo, en Estados Unidos hay guía Michelin para la ciudad de Nueva York, la ciudad de San Francisco y la ciudad de Chicago, dado el alto potencial y calidad que tienen los cocineros de estas ciudades. Sin embargo -acota acá la nota del Madrid- México, Perú o Brasil (sin olvidar las emergentes cocinas de Chile o Colombia), no ve reflejado ese impacto en la prestigiosa publicación de remite francés.
Y finaliza la nota con esta acotación:
Países como México, Venezuela, Perú y Brasil deberían ser incluidos en la Michelin”, pidió en 2012, durante el escaparate gastronómico internacional Madrid Fusión uno de los representantes de la nueva cocina mexicana, Daniel Ovadía.
Ahora, nuestro país, sobretodo nuestra ciudad capital Caracas, gozó siempre de un sitial privilegiadísimo en la cocina de autor en la América Latina, puesto, que lamentablemente hemos ido perdiendo en los últimos años, así como hemos ido perdiendo calidad en tantos aspectos, nuestra calidad de vida cada día ha ido mermando.
Hoy por hoy son muy pocos los restaurantes de alto nivel que nos quedan en la ciudad. Ojalá, sin embargo, algunos de nuestros más destacados chefs logre colarse en una más amplia y futura guía Michelin para la América Latina.
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