Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

sábado, 5 de septiembre de 2015

La Hacienda Santa Teresa no es ningún secreto. Hace mucho que su nombre resuena entre los posibles destinos de fin de semana como una alternativa a la ciudad. Desde su apertura a los turistas, han trabajado en mejorar las instalaciones y ofrecer más y más opciones a los visitantes que se acercan ahora en grandes cantidades. Como resultado, el éxito se hace notar: allí hay cada vez más gente, más actividades, más propuestas y más organización.

Encuentros entre líneas: “Jugamos rugby, ¡hacemos ron!”

Hacienda Santa Teresa, El Consejo | Foto: Jesús Inojosa
Hacienda Santa Teresa, El Consejo | Foto: Jesús Inojosa
Santa Teresa es reconocida como una de las marcas de exportación venezolanas con más prestigio. En el Consejo, estado Aragua, su hacienda productora se ha convertido en una parada turística obligada

La Hacienda Santa Teresa no es ningún secreto. Hace mucho que su nombre resuena entre los posibles destinos de fin de semana como una alternativa a la ciudad. Desde su apertura a los turistas, han trabajado en mejorar las instalaciones y ofrecer más y más opciones a los visitantes que se acercan ahora en grandes cantidades. Como resultado, el éxito se hace notar: allí hay cada vez más gente, más actividades, más propuestas y más organización.
Fundada en 1796 por el Conde de Tovar y Blanco, la Hacienda Santa Teresa es una de las productoras de ron más reconocidas en Venezuela y el mundo. Los Vollmer fueron quienes se encargaron de llevar la marca a los grandes mercados. Su ron Premium1796, hecho con el ron madre añejado por más de 100 años, fue catalogado como el mejor por jurados internacionales.
Los domingos soleados son perfectos para visitar El Consejo y hacer una de las rutas históricas que ofrece la hacienda. Hay que ir preparados para el calor, claro. Llegar allí desde Caracas, toma unos 45 minutos –sin contar con ningún tráfico inesperado– y es muy fácil. Solo hay que seguir la vía a Maracay y salir en El Consejo. A partir de ahí seguir las señales.
La entrada de 350 Bs es solo para disfrutar de las instalaciones. Cada actividad tiene luego un costo adicional. Aunque también se puede participar en un juego de rugby –if you are up for the challenge–: la cita es a las 3:00 pm.
Lo mejor es llegar sobre las 11 de la mañana. La ruta histórica es su actividad estrella y vale la pena el costo –1200 Bs– porque además incluye la cata de cuatro de sus rones. Los domingos hay mucha gente así que para garantizar el paseo en el tranvía, es buena idea reservar antes por internet. También se puede olvidar de la ruta y hacer solo la cata, o un taller de coctelería.
Con la ruta reservada para las 3:00 pm, aprovechamos el tiempo para almorzar. El menú del restaurante Zafra Gourmet & Ron combina la comida criolla con los productos de la hacienda. La entrada, unas arepitas de chicharrón con toping de queso y ají; el principal, solomillo con salsa de papelón, y de postre, golfeado ronero para chuparse los dedos. Acompañado todo el tiempo con uno o dos cocteles de la casa. Si el presupuesto lo permite, la sobremesa queda perfecta en una de las sillas tumbonas más allá del bar con otro coctel de ron en la mano y con la vista hacia las palmeras y sembradíos de caña de azúcar. Al final, más allá, se nota la autopista.
La ruta comienza. El guía se presenta como nuestro “entrenador de rugby”. Antes, este paseo era solo para conocer la historia del producto ronero. Hoy, gracias al increíble éxito del Proyecto Alcatraz –iniciado en marzo de 2003–, la marca es inseparable del rugby. Así que el entrenador/guía nos explicará “la historia de la familia Vollmer, los orígenes de esta tierra y la cultura del mejor de los rones” a través de constantes referencias al juego. Incluso se referirá a nosotros como un equipo y practicaremos algunas jugadas. El lema es “Jugamos rubgy, ¡hacemos ron!”.
En su página recitan “Un balón de rugby junto a un alambique centenario; el sonido de la destilería entremezclado con el griterío de un partido; un trabajador que descansa, jugando rugby”. No hay mejor manera de describirla. El juego y el ron se han vuelto inseparables para esta marca y han convertido la experiencia de la visita en una jornada para todo público.

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