Gastroet: Los esmeros de Paco en Choroní
Si se pregunta quién es Paco en Puerto Colombia, de Choroní, quizá aparezca manejando una de las motos que entregan a domicilio las preparaciones de Paco's Pizzas. Minutos más tarde posiblemente esté en la cocina de Paco's Fish constatando que todo avance según sus rigores. Casi con el don de la ubicuidad parece multiplicarse entre los dos restaurantes que llevan su bautismo en este pueblo efervescente apostado en la costa aragüeña. Él explaya su sonrisa y lo explica con natural ánimo de emprendedor: "Aquí hago de todo. Si falta el que reparte, pues reparto yo".
Paco, en realidad, se llama Alberto Palacios, es hijo de merideños, creció en Caracas y llegó hace 24 años a Choroní. Allí trabajó en una pizzería, fue mesonero en Araguaney durante 12 años, cocinaba y fileteaba pescados cuando era necesario y luego conoció los secretos de la cocina junto a Diego Tejera en Casabe, lugar que fue referencia de buen gusto en la zona. Hace cuatro años comenzó a cocinar su propuesta en Paco's Pizza, un local sencillo que se agradece porque allí todo lo hacen ellos mismos, incluidas las pastas y la masa de las pizzas.
Con el ánimo de quienes no se detienen, en diciembre de 2014 estrenó un local de más ambiciones: Paco's Fish. Remodeló lo que era otro restaurante, lo decoró con pinturas de artistas de la zona y Mérida, dejó la cocina abierta y ahora ofrece platos basados en sabores del mar, con fusión caribeña: ceviches, asopados, fideuá o preparaciones como el carpaccio de marlín ahumado o el dorado en coulis de parchita. "Quiero hacer un lugar de excelencia en la costa de Aragua. Aquí hay muy lindas posadas pero faltan más opciones de restaurantes", anhela, y se admira su empeño.
Con esa ambición tiene un centro de producción que le permite procesar todo y que en sus cocinas no se corten los pescados. También ha procurado que en temporadas esté el cocinero Yovanni Ranniolo, siciliano, de madre venezolana, quien estuviera en el restaurante Magma en Caracas y da clases de cocina en Apure. En noviembre posiblemente se haga cargo de la cocina de Paco's Fish.
Paco desea seguir creciendo, tiene claro su propósito. "Yo quiero lograr la excelencia. Me gusta hacer las cosas bien y mi vida es esta. Quiero que la gente venga y se sienta como nunca antes". Y no descansa en su labor.
Paco's Pizza está en Puerto Colombia y en temporada abre de lunes a domingo de 8:30 a. m. a 10:00 p. m. Tfno.: (0243) 991 1174. Paco's Fish está junto a la posada Casa Grande. Abre de jueves a domingo. Teléfono: (0243) 991 1410.
Madera Fina junto al mar
Tras recorrer una pequeña carretera de tierra en la antesala de Puerto Colombia se llega a un sitio inesperado: un restaurante generoso en tamaño, rodeado de fértiles y cuidados jardines que tiene de colofón un sendero con vista privilegiada al mar. Madera Fina es de esos sueños posibles gracias a la tenacidad de quien los imagina.
Carlos Canelón, enfundado en su filipina, cuenta la historia de este lugar por el que apostó, junto con un socio venezolano, hace dos años. Ecuatoriano de nacimiento y cocinero de formación desde sus 16 años —trabajó en las cocinas de distintos hoteles en su tierra natal— llegó a Venezuela hace tiempo y decidió quedarse. En lo que antes fue parte de la hacienda de cacao El Portete y a su llegada era un terreno sin propósito, comenzó a labrar una idea que muchos veían con excepticismo, pero que ahora otros celebran. "Nadie creía en este proyecto", sonríe. Hoy, en lo que semeja una casona amplia, se explayan los 130 puestos que un sábado en la noche se llenan con las visitas que prueban sus platos de pescados o mariscos como ceviches, pescados fritos con ensaladas más allá de las comunes o propuestas como lomos de mero con parchita y jengibre o de salsa de tamarindo y azafrán.
Las porciones son generosas, pues satisfacen la sugerencia de quienes agradecían sus sabores pero anhelaban más contundencia. Los sábados en la noche suele tener un saxofonista, invita a músicos como Víctor Cuica, mientras sigue planificando ampliarse con pizzería, posada y parque infantil en este restaurante que crece al ritmo de sus esmeros.
Madera Fina se encuentra en la antigua hacienda El Portete, sector La Bocaina, antes de llegar a Puerto Colombia. Teléfonos: (0243) 991 1043 y (0424) 336 5413.
La esquina del chocolate
El apetito de quienes llegan de la playa anhelando una dosis de chocolate se siente en su esplendor a las cinco de la tarde en Coco, Café, Cacao cuando la familia que creyó en este espacio vende a ritmo de vértigo los frascos de pasta untable, los trozos de tortas de chocolate que ellos mismos hacen o las trufas que ingeniaron.
Ian Myerston y su hijo Marco decidieron apostar hace ocho años por este lugar en una casa de Puerto Colombia que tiene una singularidad: todo lo que allí elaboran lo obtienen tras procesar cacao que compran en unas haciendas vecinas, lo tuestan y trituran en un sencillo molino. Con eso tienen la gustosa base que luego aprovechan en su repertorio y que se transforma incluso en helados. En ese sitio llano, donde la convivencia familiar se mezcla con su propuesta, ofrecen esos sabores que vienen del cacao cercano. Justo al lado, una chocolatería de dueños distintos vende tabletas hechas artesanalmente en Choroní; otras, del resto del país como Chocolates Paria y el papelón de la región para los que vienen del mar con ganas de buen chocolate.
Coco, Café y Cacao está junto a la iglesia. Abren de lunes a domingo de 9:00 a. m. a 10:00 p. m.
Buen beber
Miro Popic
guias@miropopic.com
LA JOYA GRAN RESERVA VIOGNIER
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Teléfono: (0212) 361 4065
El mundo del vino blanco tiene pocas estrellas. En Venezuela su consumo se ubica en un 25% de los vinos tranquilos, donde manda el tinto y el rosado viene cinco cuerpos atrás. No hay más de 150 etiquetas de vinos blancos en un universo que, en estos momentos, debe estar en unas 800, máximo. La gente sigue bebiendo tinto, a pesar de que estos calores incitan a un buen blanco, no de vez en cuando, sino siempre, si el vino es bueno, lógicamente. Para no caer en el manoseado sauvignon blanc ni la prepotencia del chardonnay, hay otras opciones casi desconocidas que tienen enorme validez. Una de ellas es viognier, uva casi desaparecida que están tratando de poner de moda en el Nuevo Mundo, mientras en Francia sigue constreñida al valle del Ródano. Madura tardísimo y necesita mucho alcohol para expresar carácter, por eso se cultiva poco. Algunos apuestan por ella y son exitosos, sobre todo porque, además de la novedad, hay sabor y aroma en sus vinos. Un ejemplo lo tenemos en La Joya Gran Reserva Viognier, de la viña Bisquertt de Chile. Lo bueno es que no hay referencias de comparación, entonces el vino se impone por sí mismo. Un blanco de 14,5º, para que lo sepan, donde la madera se combina con notas florales intensas, atractivo, con cierta complejidad y, sobre todo, se sale de lo que conocemos en blanco. No es económico, pero con los precios de ahora, no se puede hacer otra cosa. Si tienen oportunidad, pruébenlo, les abrirá otro camino.
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