Chocolate y cerveza en un solo paseo
Bélgica es conocida por producir las mejores cervezas del mundo y endulzar los paladares con chocolates de la mejor calidad
Vivir unos días entregado a la cata de cervezas y a la degustación de chocolates es una auténtica tentación. ¿Le provoca? Bélgica es el país ideal, porque ambos productos son parte de su patrimonio y orgullo. No en vano, un belga promedio consume cada año 74 litros de la espumante bebida y se producen más de 400.000 toneladas anuales de chocolate.
La ruta empieza en Bruselas, ciudad donde nacieron las fábricas de chocolate más famosas del mundo. ¿Imaginas un outlet atiborrado de bombones? La empresa Godiva lo tiene en el centro de la ciudad. Una delicia. Tras esa dosis inicial, llegue a las Galerías Reales Saint-Hubert para conocer la tienda original de la famosa marca Neuhaus.
Es turno de abrirle paso a otro placer en Bélgica: la cerveza. Para eso está la fábrica Brasserie Cantillon, cuya tradición familiar data de 1900. Haga la visita guiada y pruebe la Gueuze, una variedad que reposa por varios años en el alambique. La siguiente parada es la ciudad de Dinant, específicamente la planta de Brasserie du Bocq, abierta desde 1858.
La travesía sigue. Llegue a la ciudad de Amberes para volver al placer inicial: el chocolate. Llegue por su histórica estación de trenes y luego vaya a la chocolatería Del Rey. Es un paraíso que tiene más de 70 años. Luego, tras media hora, llegará a Mechelen. Allí le espera la cervecería Het Anker. La sugerencia es probar la Gouden Carolus y dormir en su hotel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario