Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 10 de enero de 2016

Si la meta es comer bien lo mejor es seguir la propuesta de la pirámide alimenticia: más cereales, frutas y verduras, menos lácteos, carnes y legumbres, y poca grasa y azúcar. Valentina Inglessis agrega al consejo un mejor uso de la sal –“para realzar sabores, no para opacarlos”–, la incorporación de hierbas y especias en la preparación del menú, y la reducción de las grasas: elegir carnes magras, sustituir los aceites por cítricos y yogur en la preparación de los aderezos y preferir la cocción al vapor, a la plancha, al vacío o al horno.

La dieta no tiene sustituto

Cada vez son más los cocineros comprometidos con propuestas orientadas hacia una dieta más saludable
Cada vez son más los cocineros comprometidos con propuestas orientadas hacia una dieta más saludable
Vegetales, frutas y verduras son la clave de un menú variado y sabroso. Cremas y pastas integran las sugerencias de cocineros locales

Si la meta es comer bien lo mejor es seguir la propuesta de la pirámide alimenticia: más cereales, frutas y verduras, menos lácteos, carnes y legumbres, y poca grasa y azúcar. Valentina Inglessis agrega al consejo un mejor uso de la sal –“para realzar sabores, no para opacarlos”–, la incorporación de hierbas y especias en la preparación del menú, y la reducción de las grasas: elegir carnes magras, sustituir los aceites por cítricos y yogur en la preparación de los aderezos y preferir la cocción al vapor, a la plancha, al vacío o al horno.
Como Inglessis, cada vez son más los cocineros comprometidos con propuestas orientadas hacia una dieta más saludable. En la lista están, además de la chef merideña,   Diana Garrido, Federico Tischler, Víctor Moreno y Serenella Rosas, también periodista, quienes ofrecieron sus sugerencias para una dieta  sabrosa y saludable.
Garrido y Tischler optaron por sopas. Ella, responsable de La Casa del Viento –su comedor en Mérida–, propuso una vegetariana: combina tomates, calabacines, pimientos morrones, ajos y cebollas –los primeros se cocinan como para elaborar salsa; el resto se hornea hasta confitar–, cebollas cortadas en plumas y caramelizadas, y un caldo de zanahorias, cebollas, célery, hojas de laurel, pimienta negra y ajoporro. “Las preparaciones se juntan y se llevan a una cocción larga, con orégano y tomillo frescos, y crema de leche, hasta que espese”.
Tischler, a cargo de los fogones de Alma Cocina Latina, restaurante localizado en Baltimore, propone crema de auyama con mango pintón –“que aporta cremosidad y proteína”–, en una base de cebolla blanca, cortada fina,  y ajo. “Me gusta hacerla con más de un tipo de auyama para que haya diferentes matices de dulzor y color”, explica el cocinero, que recomienda cortarlas en cubos pequeños para que una cocción pareja y rápida. “Cuando la preparación tome un ligero color se agrega un atado de tomillo, preferiblemente limonero, y agua fresca, suficiente para  cubrir. Se tapa y se cocina a fuego medio hasta que los cubos de auyama estén suaves”.
¿Consejo? Licuar en tandas cortas, agregar en cada una mantequilla fría sin sal –una cucharada–, pulpa de mango, y un poco de jugo de naranja recién exprimido. “Por cada parte de base de auyama 1/4 de pulpa de mango y 1/4 de jugo de naranja colado”, explica Tischler, quien recuerda que la asociación entre auyama y cítrico –propuesta por Armando Scannone hace ya bastante tiempo– apareció hace poco  como revelación en www.foodpairing.com.
Las cremas de verduras –calabacín y brócoli, por ejemplo– y los vegetales horneados, combinados en ensaladas tibias con pan sueco, o como guarnición de carnes a la plancha, son las propuestas de Moreno.
El cocinero  también rescata aderezos clásicos –de aceite de oliva o de maíz, vinagre y mostaza– ideales para mezclas frías de lechuga, patilla y requesón.
Rosas sugiere incorporar a la dieta champiñones y portobellos –“ricos en proteínas vegetales y aminoácidos”–, crudos si están frescos, en ensalada verde, con aderezo de mostaza y miel, o preparados de antemano, con ajo y perejil –“se guarda en nevera, en frasco de vidrio”– para usar como acompañantes de  pastas o como relleno de calabacines, combinados con cebolla morada y picaditos en duxelle

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