Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 17 de enero de 2016

La plantica de cebollín que recomienda la ministra de Agricultura Urbana para alimentar al pueblo con hierba sembrada en el balcón del rancho y los ministros de Alimentación y de Producción Agrícola piden prestado un dinerito para importar caras migajas que llegarán podridas, el fracasado chavismo repite lo turbio, ineficaz y corrupto. Su objetivo está claro.

Mientras crece la plantica de cebollín…


...que recomienda la ministra de Agricultura Urbana para alimentar al pueblo con hierba sembrada en el balcón del rancho y los ministros de Alimentación y de Producción Agrícola piden prestado un dinerito para importar caras migajas que llegarán podridas, el fracasado chavismo repite lo turbio, ineficaz y corrupto. Su objetivo está claro.
Es el bochinche caótico disfrazado de legalidad, tácticas dilatorias para evitar el cambio de los actuales poderes institucionales por vía pacífica. Impulsan al 80% y más de los electores que no los votaron y sí los botaron para que estallen por hambre, enfermedades sin remedio ni alivio, el hartazgo total. Y que esa explosión social luzca como exclusiva culpa de la Asamblea. Así, la secta del  ejército de un solo hombre, vuelto caricatura en culto funerario de plazas, busca justificar un autogolpe frío debido a que el pueblo está solo y se necesita apadrinarlo con las armas de su república chavista. Ya lo dijo su ministro en desacato a las normas de la carta magna. Pero una Venezuela estable y decente requiere y quiere la base de una Fuerza Armada institucional, no militante partidista que en vez de amenazar, disparar, torturar y encarcelar a los disidentes combata el narcotráfico ya incrustado en las venas del desgobierno.
A la ideología totalitaria no le importa la felicidad de las masas que dicen representar. Por siglos, millones de inocentes han sido  sacrificados desde hambrunas, peste, cárcel-tumba, balas justicieras y de guerras por los fascismos a la diestra y a la siniestra. El mártir de esta locura por conservar un poder absoluto es la población general convertida en manada obediente que aquí tuvo taima por cuarenta defectuosos años democráticos y regresa desde el 5-E para sus necesarias enmiendas, por vías de lenta y difícil recuperación, pues sus conductores no deben soltar ni un minuto la originaria Constitución Nacional de 1999, anterior a su violación sistemática por el régimen chavista.
Héctor Rodríguez Castro, ex ministro de Educación y luego de Deportes, actual jefe de la minoritaria fracción oficialista en la nueva Asamblea, representa a la juventud que cursó su escolaridad básica y universitaria públicas, con otra cuartelaria tras bastidores o directamente en institutos con o sin uniforme militar, sujetos a programas de contenido y vigilancia comunistas. Ignoran o desprecian las lecciones libertarias y cívicas de la historia universal.
Ya está perdida la camada de viejos zorros que todavía cobran diputaciones o lucen medallas ganadas en servil oportunismo. La justicia internacional no prescribe y sigue registrando sus huellas.
Fajarse y fajar a las nuevas generaciones para un posible rescate será durísima faena si aún se puede reeducar con ejemplos políticos a ese conglomerado neoanalfabeta populista, víctima del continuo lavado de cerebro con petrodólares color sangre.
La democracia moderna es paciente pedagogía sin mafias y en acción desde un aula abierta llamada república liberal. Mientras crecen los cebollines  revolucionarios la sociedad venezolana está obligada a defender su voluntad política, resucitar productiva sin depender del doble maná que la reprime, esclaviza y destruye: el aceite negro hipotecado y los polvos blancos en cuestión.

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