Recomendaciones para alimentarse bien a pesar de la crisis
Afectado por la inflación y la escasez, el venezolano está comiendo inadecuadamente. El nutricionista Héctor Cruces ofrece consejos para comer bien pese a la crisis
Los huevos son buena fuente de proteína ARCHIVO
GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
miércoles 21 de octubre de 2015 06:42 AM
La inflación y la escasez han cambiado el patrón de alimentación de los venezolanos. Si antes ya se comían muchos carbohidratos, ahora se comen más. Y las proteínas están cada vez más ausentes.
El venezolano está conformando su menú diario con un presupuesto muy limitado y no logra mantener el equilibrio para que sea una dieta saludable. Las consecuencias son déficit nutricional y obesidad por malnutrición.
Según percibe Héctor Cruces (@SportDiet en Twitter e Instagram), nutricionista especializado en rendimiento deportivo, "los venezolanos están comiendo para saciar el hambre, para cumplir con una necesidad fisiológica y no para nutrirse. Están tratando de responder a la necesidad de comer tres veces al día sin importar la calidad".
Se están llenando con pan blanco, pasta y arroz cuando consiguen. Para Cruces es un gran error comer lo mismo todos los días. "Se deben combinar proteínas, carbohidratos, frutas y vegetales", apunta.
La ausencia de proteínas en el actual plato cotidiano de los venezolanos le preocupa particularmente. "Son irremplazables", dice. Explica que las de origen animal reúnen todos los aminoácidos que el cuerpo requiere, mientras que las de origen vegetal, como la soya y los granos, requieren completar sus aminoácidos acompañándose con una porción de cereal, que puede ser arroz.
Hora de planificar
Cuenta Héctor Cruces que son frecuentes las consultas de personas angustiadas porque no les alcanza el dinero para comer saludablemente. Aunque la situación es difícil, este nutricionista ofrece recomendaciones para intentar alimentarse mejor. Lo primero es planificar el menú.
"Sé que es difícil cumplir con una lista de compras ahora. Por la escasez existente, la persona compra lo que encuentra. Esto es un error. Se debe intentar hacer la lista y atenerse a ella. Si no hay, se pueden buscar productos equivalentes pero leyendo la etiqueta para garantizar que sean realmente similares, mejor si son bajos en grasas, azúcares y sodio", expresa.
Son varias las cosas que Cruces sugiere que se pueden hacer para lograr una dieta que equilibre economía, disponibilidad de productos y salud.
Menos pasta, menos arroz. En vez de atiborrarse de arroz o pasta a diario, se puede optar por consumir tubérculos bajos en azúcares. También son carbohidratos, pero buenos, y con fibra. Cruces sugiere la batata, la papa y la yuca que se pueden preparar en puré, al vapor o al horno.
En vez de carnes. Algunos días a la semana se puede reemplazar la proteína animal por granos -caraotas, lentejas o frijoles- con una porción pequeña de arroz o pasta. Ambas comidas tienen los mismos aminoácidos que requiere el cuerpo. "Ciertamente están caros, pero un kilo de granos rinde más y cuesta un poco menos que un kilo de carne", comenta.
Al comprar pollo. La pechuga es más saludable que el muslo, porque tiene menos grasas, pero también es más cara. Cruces ofrece la solución: Sí se puede comprar muslo pero antes de prepararlo, incluso antes de macerarlo, hay que desgrasarlo, calentándolo en una plancha caliente para que suelte los lípidos.
La reinvindicación de la sardina. Todos los pescados ofrecen aporte nutricional similar, así que se puede comprar cualquiera que esté a relativo buen precio. Una que nunca falla es la sardina. "Es un pescado excelente, con muy buenas propiedades", asegura Cruces. Solo hay que armarse de paciencia para limpiarlas y prepararlas, sean marinadas, a la plancha u horneadas. Si se consiguen en filetes, mejor.
¿Sin leche descremada? Es muy difícil sustituirla pero existen maneras de hacer menos grasosa la leche entera. "Se somete a cocción, se deja reposar y se le quita la nata que se forma en la superficie", dice. Algo es algo.
Harina (casi) integral. Ahora no queda más remedio que usar la harina que haya en el mercado, no la que se prefiera. Si no hay integral, la más saludable, se puede mejorar la calidad nutricional de las normales agregándoles avena, afrecho o linaza.
Seguir comiendo frutas. Es cierto que, por su costo, ya no se pueden comprar kiwis, peras o manzanas, pero existen otras frutas accesibles, venezolanas y de temporada igual de sabrosas y saludables. Cruces recomienda la naranja y el mango.
Para deportistas. El costo de los suplementos de whey protein y de los energizantes asusta a los deportistas. Afortunadamente, existen fórmulas caseras para reemplazarlos. "Los que quieren ganar peso pueden combinar avena, cambur, fororo y alguna mezcla comercial en polvo de cereales. Quienes necesiten energizantes, con una taza de café una hora antes de entrenar es suficiente. Y para los que desean quemar grasas, tres tazas de té al día los ayuda en este objetivo".
El venezolano está conformando su menú diario con un presupuesto muy limitado y no logra mantener el equilibrio para que sea una dieta saludable. Las consecuencias son déficit nutricional y obesidad por malnutrición.
Según percibe Héctor Cruces (@SportDiet en Twitter e Instagram), nutricionista especializado en rendimiento deportivo, "los venezolanos están comiendo para saciar el hambre, para cumplir con una necesidad fisiológica y no para nutrirse. Están tratando de responder a la necesidad de comer tres veces al día sin importar la calidad".
Se están llenando con pan blanco, pasta y arroz cuando consiguen. Para Cruces es un gran error comer lo mismo todos los días. "Se deben combinar proteínas, carbohidratos, frutas y vegetales", apunta.
La ausencia de proteínas en el actual plato cotidiano de los venezolanos le preocupa particularmente. "Son irremplazables", dice. Explica que las de origen animal reúnen todos los aminoácidos que el cuerpo requiere, mientras que las de origen vegetal, como la soya y los granos, requieren completar sus aminoácidos acompañándose con una porción de cereal, que puede ser arroz.
Hora de planificar
Cuenta Héctor Cruces que son frecuentes las consultas de personas angustiadas porque no les alcanza el dinero para comer saludablemente. Aunque la situación es difícil, este nutricionista ofrece recomendaciones para intentar alimentarse mejor. Lo primero es planificar el menú.
"Sé que es difícil cumplir con una lista de compras ahora. Por la escasez existente, la persona compra lo que encuentra. Esto es un error. Se debe intentar hacer la lista y atenerse a ella. Si no hay, se pueden buscar productos equivalentes pero leyendo la etiqueta para garantizar que sean realmente similares, mejor si son bajos en grasas, azúcares y sodio", expresa.
Son varias las cosas que Cruces sugiere que se pueden hacer para lograr una dieta que equilibre economía, disponibilidad de productos y salud.
Menos pasta, menos arroz. En vez de atiborrarse de arroz o pasta a diario, se puede optar por consumir tubérculos bajos en azúcares. También son carbohidratos, pero buenos, y con fibra. Cruces sugiere la batata, la papa y la yuca que se pueden preparar en puré, al vapor o al horno.
En vez de carnes. Algunos días a la semana se puede reemplazar la proteína animal por granos -caraotas, lentejas o frijoles- con una porción pequeña de arroz o pasta. Ambas comidas tienen los mismos aminoácidos que requiere el cuerpo. "Ciertamente están caros, pero un kilo de granos rinde más y cuesta un poco menos que un kilo de carne", comenta.
Al comprar pollo. La pechuga es más saludable que el muslo, porque tiene menos grasas, pero también es más cara. Cruces ofrece la solución: Sí se puede comprar muslo pero antes de prepararlo, incluso antes de macerarlo, hay que desgrasarlo, calentándolo en una plancha caliente para que suelte los lípidos.
La reinvindicación de la sardina. Todos los pescados ofrecen aporte nutricional similar, así que se puede comprar cualquiera que esté a relativo buen precio. Una que nunca falla es la sardina. "Es un pescado excelente, con muy buenas propiedades", asegura Cruces. Solo hay que armarse de paciencia para limpiarlas y prepararlas, sean marinadas, a la plancha u horneadas. Si se consiguen en filetes, mejor.
¿Sin leche descremada? Es muy difícil sustituirla pero existen maneras de hacer menos grasosa la leche entera. "Se somete a cocción, se deja reposar y se le quita la nata que se forma en la superficie", dice. Algo es algo.
Harina (casi) integral. Ahora no queda más remedio que usar la harina que haya en el mercado, no la que se prefiera. Si no hay integral, la más saludable, se puede mejorar la calidad nutricional de las normales agregándoles avena, afrecho o linaza.
Seguir comiendo frutas. Es cierto que, por su costo, ya no se pueden comprar kiwis, peras o manzanas, pero existen otras frutas accesibles, venezolanas y de temporada igual de sabrosas y saludables. Cruces recomienda la naranja y el mango.
Para deportistas. El costo de los suplementos de whey protein y de los energizantes asusta a los deportistas. Afortunadamente, existen fórmulas caseras para reemplazarlos. "Los que quieren ganar peso pueden combinar avena, cambur, fororo y alguna mezcla comercial en polvo de cereales. Quienes necesiten energizantes, con una taza de café una hora antes de entrenar es suficiente. Y para los que desean quemar grasas, tres tazas de té al día los ayuda en este objetivo".
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