Del campo a la mesa
Realizar buenas prácticas en la agricultura hace que los alimentos sean más saludables y tengan una mejor calidad.
Hans Johr, director global de Desarrollo Agrícola de Nestlé (Cortesía)
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CAROLINA CONTRERAS A. | EL UNIVERSAL
sábado 31 de octubre de 2015 12:00 AM
Hacer los alimentos menos tóxicos, con mayores estándares de calidad, utilizando energías limpias y hacer que la agricultura tenga menos impacto en la naturaleza es la visión y el objetivo de Hans Johr, director global de Desarrollo Agrícola de Nestlé.
"Creamos un concepto que se llama 'agricultura integral' que consiste en realizar buenas prácticas en la agricultura, como por ejemplo, definir en qué tipo de insumos y tecnología se usan para la fertilización, la siembra, el procesamiento de la materia prima, así como en no desperdiciar alimentos", explica Johr.
La idea de esta agricultura con sentido es producir alimentos que sean seguros y nutritivos para el consumo humano, satisfacer las demandas sociales de población, utilizar los recursos naturales de manera responsable y construir un medio de vida sostenible.
Johr señala que las buenas prácticas empiezan desde el momento en que se prepara el suelo para producir un alimento óptimo y llegar hasta la mesa de las familias.
"Se prepara la fertilización de suelos, se guía el trabajo de campo, se enseña a los agricultores a cosechar, a optimizar y trabajar los recursos de la mejor manera y se acompaña toda la cadena de producción incluso hasta que llega la cocina al consumidor".
El especialista en agricultura y doctorado en Economía indica que para poner en funcionamiento estas normas también se deben seguir los códigos alimentarios de los países, ya que apunta a que ningún país tiene las mismas normas a la hora de procesar y trabajar la comida. Por ello, quienes trabajan en esta área deben ceñirse a ellos.
"Se debe definir qué tipo de insumos y tecnología se usan para la fertilización de suelos, qué se debe hacer o no a la hora de sembrar, aprender a trabajar con la gente del campo y crear escuelas para que la gente aprenda a trabajar el campo", comenta.
Johr insiste en la necesidad de educar a los trabajadores del campo y también a quienes trabajan con animales (productores de carne, leche y huevos) para que produzcan alimentos de calidad, que contengan los mínimos químicos en su elaboración y procesamiento y así lograr el objetivo de todos: que sean más saludables para el consumo humano.
"Creamos un concepto que se llama 'agricultura integral' que consiste en realizar buenas prácticas en la agricultura, como por ejemplo, definir en qué tipo de insumos y tecnología se usan para la fertilización, la siembra, el procesamiento de la materia prima, así como en no desperdiciar alimentos", explica Johr.
La idea de esta agricultura con sentido es producir alimentos que sean seguros y nutritivos para el consumo humano, satisfacer las demandas sociales de población, utilizar los recursos naturales de manera responsable y construir un medio de vida sostenible.
Johr señala que las buenas prácticas empiezan desde el momento en que se prepara el suelo para producir un alimento óptimo y llegar hasta la mesa de las familias.
"Se prepara la fertilización de suelos, se guía el trabajo de campo, se enseña a los agricultores a cosechar, a optimizar y trabajar los recursos de la mejor manera y se acompaña toda la cadena de producción incluso hasta que llega la cocina al consumidor".
El especialista en agricultura y doctorado en Economía indica que para poner en funcionamiento estas normas también se deben seguir los códigos alimentarios de los países, ya que apunta a que ningún país tiene las mismas normas a la hora de procesar y trabajar la comida. Por ello, quienes trabajan en esta área deben ceñirse a ellos.
"Se debe definir qué tipo de insumos y tecnología se usan para la fertilización de suelos, qué se debe hacer o no a la hora de sembrar, aprender a trabajar con la gente del campo y crear escuelas para que la gente aprenda a trabajar el campo", comenta.
Johr insiste en la necesidad de educar a los trabajadores del campo y también a quienes trabajan con animales (productores de carne, leche y huevos) para que produzcan alimentos de calidad, que contengan los mínimos químicos en su elaboración y procesamiento y así lograr el objetivo de todos: que sean más saludables para el consumo humano.
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