"Limones en almíbar", un recetario hecho poesía
La venezolana Jacqueline Goldberg publicó un nuevo libro.
La escritora bautizará el sábado el poemario en la Librería Kalathos de Los Galpones (Nicola Rocco)
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
jueves 4 de diciembre de 2014 08:59 AM
Jacqueline Goldberg (Maracaibo, 1966) leyó en un libro de Armando Scannone la receta para realizar Limones en almíbar. El plato le hizo ver que podía combinar cocina y literatura. Así surgió su nuevo poemario, que lleva por título el mismo nombre del dulce y que se presentará el sábado (11:30 am) en la Librería Kalathos del Centro de Arte Los Galpones.
La escritora venezolana tiene ya 20 años dedicada a la escritura de notas gastronómicas en diversos medios del país. Desde que comenzó a hacerlo en la revista Cocina y vino nunca más se desvinculó del tema. Ahora lo convirtió en versos. "Esa experiencia me dio una mirada estética de la comida. Fue una ventana que se abrió, que me fascinó, que me conectó con mi vida, mi infancia, mi casa, porque mi padre es un estupendo cocinero", dijo Goldberg, que tenía la obra lista desde hace cinco años.
Jacqueline Goldberg ve en la poesía un alimento para el alma. También lee un libro de recetas como si fuera literatura. "Hay un texto del poemario que dice que los libros de cocina también se llevan a la cama. Me interesa leerlos más allá de las simples instrucciones. El hecho de imaginarse comprando especias, o vegetales, resulta algo hermoso".
Limones en almíbar (publicado por Oscar Todtmann editores) no es un libro de gastronomía. La autora abordó de manera distinta sus temas de siempre. "Sigo haciendo mi poesía, pero con un bocado en mente. La cocina forma parte de mi vida, como el silencio, la soledad, o la muerte", agregó la escritora, que para el bautizo se llevará a Ocarina Castillo, Francisco Javier Pérez y Luigi Sciamanna. También habrá algunos limones en almíbar para degustar, claro está.
Hay uno de los poemas de la obra que dice que todo nace del desastre. La literatura de Goldberg también surge del dolor, de la tragedia, del desasosiego. Hay un sabor agridulce (y no a todos le gusta esa sensación). "Hay gente que puede escribir desde la felicidad. Yo no, aunque aspiro a eso. La poesía de la felicidad es una poesía de madurez. No es fácil llegar a ese estado. Por eso hay mucho poema cursi".
Jacqueline Goldberg ya tiene otros dos libros por publicar. También trabaja en un tercero. "Tengo la suerte de escribir mucho, pero no en exceso. Lo que el tiempo permite, lo que la ciudad, la compradera de jabón y champú me deja. Uno nunca escribe pensando en publicar, pero ya tengo un libro llamado Perfil 20listo, sin editorial, en el que hay algo de humor", concluyó la autora. En ese dejó de lado la gastronomía para explorar los exámenes de laboratorio en la poesía.
dfermin@eluniversal.com
La escritora venezolana tiene ya 20 años dedicada a la escritura de notas gastronómicas en diversos medios del país. Desde que comenzó a hacerlo en la revista Cocina y vino nunca más se desvinculó del tema. Ahora lo convirtió en versos. "Esa experiencia me dio una mirada estética de la comida. Fue una ventana que se abrió, que me fascinó, que me conectó con mi vida, mi infancia, mi casa, porque mi padre es un estupendo cocinero", dijo Goldberg, que tenía la obra lista desde hace cinco años.
Jacqueline Goldberg ve en la poesía un alimento para el alma. También lee un libro de recetas como si fuera literatura. "Hay un texto del poemario que dice que los libros de cocina también se llevan a la cama. Me interesa leerlos más allá de las simples instrucciones. El hecho de imaginarse comprando especias, o vegetales, resulta algo hermoso".
Limones en almíbar (publicado por Oscar Todtmann editores) no es un libro de gastronomía. La autora abordó de manera distinta sus temas de siempre. "Sigo haciendo mi poesía, pero con un bocado en mente. La cocina forma parte de mi vida, como el silencio, la soledad, o la muerte", agregó la escritora, que para el bautizo se llevará a Ocarina Castillo, Francisco Javier Pérez y Luigi Sciamanna. También habrá algunos limones en almíbar para degustar, claro está.
Hay uno de los poemas de la obra que dice que todo nace del desastre. La literatura de Goldberg también surge del dolor, de la tragedia, del desasosiego. Hay un sabor agridulce (y no a todos le gusta esa sensación). "Hay gente que puede escribir desde la felicidad. Yo no, aunque aspiro a eso. La poesía de la felicidad es una poesía de madurez. No es fácil llegar a ese estado. Por eso hay mucho poema cursi".
Jacqueline Goldberg ya tiene otros dos libros por publicar. También trabaja en un tercero. "Tengo la suerte de escribir mucho, pero no en exceso. Lo que el tiempo permite, lo que la ciudad, la compradera de jabón y champú me deja. Uno nunca escribe pensando en publicar, pero ya tengo un libro llamado Perfil 20listo, sin editorial, en el que hay algo de humor", concluyó la autora. En ese dejó de lado la gastronomía para explorar los exámenes de laboratorio en la poesía.
dfermin@eluniversal.com
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