Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 7 de junio de 2015

El hambre como instrumento político tiene en Venezuela un nombre: Franklin Brito.Franklin José Brito Rodríguez (5 September 1960 – 30 August 2010) ¿Alguien lo recuerda? Murió el 30 de agosto de 2010, luego de 7 años de lucha tratando de recuperar sus tierras usurpadas por la autoridad, y tras 6 huelgas de hambre que lo llevaron a una muerte indignante en el Hospital Militar de Caracas, bajo la presidencia de Hugo Chávez, quien nunca cumplió su promesa pública de solucionar legalmente el caso.

El ayuno es una práctica religiosa muy difundida que Gandhi –no el único, pero sí el más recordado pacifista– convirtió en forma de insurgencia cívica; el Mahatma no hizo una, sino 17 huelgas de hambre, desde los ayunos penitenciarios hasta la que realizó 2 semanas antes de su asesinato,  abogando por la hermandad de hindúes y musulmanes;  y, aunque Bapu era un líder espiritual, sus acciones tuvieron enorme importancia política y, de allí, buena parte de la reputación de esa poderosa herramienta de presión que legó a los luchadores sociales.

Se trata de un recurso extremo al que se apela  cuando se han agotado todas las instancias reivindicativas y cuya implementación exige, además de apoyo comunicacional, sanitario, legal y político,  el cálculo desapasionado de sus propósitos, de modo que estos puedan ser satisfechos en un plazo razonable, lo que no es cosa fácil cuando el interlocutor se comporta con intransigente crueldad, poniendo en riesgo la integridad física y la estabilidad emocional de quienes han optado por el ayuno para defender sus derechos; no se le puede pedir peras al olmo y eso lo deberían saber muy bien los políticos.(tomado de: El Nacional: "El recurso extremo"7 DE JUNIO 2015)

Misión Gula de Miro Popic 
¿Qué pasa cuándo entras en huelga de hambre?
Tal Cual 05-06-15
El hambre como instrumento político tiene en Venezuela un nombre: Franklin Brito. ¿Alguien lo recuerda? Murió el 30 de agosto de 2010, luego de 7 años de lucha tratando de recuperar sus tierras usurpadas por la autoridad, y tras 6 huelgas de hambre que lo llevaron a una muerte indignante en el Hospital Militar de Caracas, bajo la presidencia de Hugo Chávez, quien nunca cumplió su promesa pública de solucionar legalmente el caso.

Primer plato
¿Qué ocurre cuando una persona se pone en huelga de hambre? Hay un relato estremecedor de Sharman Apt Russel (Hunger: An Unnatural History, New York, 2005), profesor y escritor norteamericano, que describe lo ocurrido con Bobby Sands y sus demás compañeros del IRA, en 1981, quien murió luego de 66 días en huelga de hambre, condenado por Magaret Tatcher, la más derechista de todos los que ha gobernado el Reino Unido los últimos 100 años.
“Primero se ve doble. Se balbucea. Empeora la audición. Se tiene ictericia. Se tiene escorbuto por falta de vitamina C. Las encías empiezan a sangrar. Puede haber hemorragias estomacales e intestinales. La carencia de tiamina debilita los músculos del corazón y provoca lesiones en el sistema nervioso central y periférico. Mientras las fibras nerviosas degeneran se siente un agudo dolor en los brazos. Un día ya no se logra mover las piernas. La falta de niacina (la vitamina llamada PP, iniciales de Pellagra Preventing) puede producir llagas en la boca. Este es el proceso que lleva a la muerte por inanición. El cuerpo se cae a pedazos de muchas maneras y muchas de sus partes se deterioran; no se puede aislar un quebranto que se produce en todo el organismo”.
Sands fue el primero de los 10 prisioneros que se declararon en huelga de hambre y fueron muriendo uno tras otro. El que menos aguantó fue Martin Hurson, quien duró solo 46 días. Kieran Doherty resistió 73 días. Dejaron de comer en protesta por las injusticias del poder. Sólo tomaron agua y sal. El informe forense, frío como una tumba, certificó “muerte por inanición”, mientras la Primer Ministro dijo que se habían “suicidado”.

Segundo plato
Abstenerse de ingerir alimentos como protesta es casi tan antiguo como la injusticia misma. El más famoso de estos huelguistas fue el libertador de la India del Imperio Británico, Gandhi, quien realizó una veintena de ellas, la última a la edad de 78 años. Finalmente murió asesinado por un irracional que no creía en la convivencia pacífica entre las diversas creencias religiosas y políticas. Pesaba 48 kilos.
El Gobierno inglés, para combatir las huelgas de hambre de principios del siglo XX, impuso en 1909 una ley de alimentación forzada entre los prisioneros. En el 2006 la Asociación Médica Mundial (World Medical Association) declaró que este procedimiento es “una forma de tratamiento inhumano y degradante”. Esto fue lo que le aplicaron a Brito en el Hospital Militar los últimos días de su, realmente, última huelga de hambre. Para vencer su resistencia lo internaron en contra de su voluntad y trataron de alimentarlo artificialmente. Trece días antes de morir, Franklin Brito pesaba 38 kilos y su masa corporal no alcanzaba el 10%. El informe oficial fue que murió de infarto. Poco les faltó decir que había muerto de muerte natural. Claro, si pasas 66 días sin comer ni beber agua, es natural que te mueras.

Tercer plato
La Premio Nobel de Literatura 2009, Herta Muller, famosa por sus escritos describiendo los horrores de la dictadura comunista en Rumania bajo el gobierno de Ceaucescu, escribe en Todo lo que tengo lo llevo conmigo, sobre el hambre vivida: “Se puede decir que existe un hambre que hace enfermar de hambre. Un hambre cada vez más hambrienta que se suma a la que ya existía. Un hambre siempre nueva que crece insaciable y se suma a la vieja dominada con esfuerzo, Se da vueltas por el mundo sin poder decir otra cosa de uno mismo sino que se tiene hambre. Uno no logra pensar en otra cosa. El paladar es más grande que la cabeza, una cúpula, tan alta que penetra hasta el cráneo. Cuando el hambre se vuelve insoportable, el paladar tira, como si una piel fresca de liebre estuviera puesta a secar detrás de la cara, tensa. Las mejillas se secan y se recubren de una pelusa pálida”.

Postre
Cuatro presos políticos venezolanos en tres cárceles del país comenzaron una huelga de hambre desde el 23 de mayo en adelante. Otros se han sumado a su protesta en una iglesia. Todos tienen nombre y apellido, como Franklin Brito. El único que ha cambiado es el carcelero, prisionero también pero de sus propios miedos.

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