CARPE VINUM
La casa importadora Di Masi ni baja la santamaría ni se va de Venezuela
VLADIMIR VILORIA | EL UNIVERSAL
sábado 15 de agosto de 2015 12:00 AM
El vino contraataca
El país del vino y los licores hoy por hoy vive el momento más difícil de su historia.
Tiempos de crisis han sido siempre tiempos oscuros en Venezuela. La importación de vino sufre, entre el marasmo de leyes impositivas draconianas y el amañado acceso a la divisa, un infierno inflacionario fuera de control y de un "bolívar fuerte" devaluado que vale menos que nada.
El consumir, como siempre, lleva la peor parte, pues es quien termina pagando las distorsiones de una economía desvencijada, hoy esencialmente desquiciada.
El precio de los vinos es de infarto y ya hasta la popular cerveza y nuestro preciado ron son recuerdo de abundancia y placer.
Si a lo largo y ancho del país hay dificultades para conseguir productos básicos para alimentarnos, ¿qué quedará entonces para el acceso a bebidas espirituosas cuyo único pecado es el de ayudarnos a vivir?
Sin embargo, muchos importadores resisten y trabajan duro para mantenerse. Di Masi es un buen ejemplo de ello.
Con ya casi treinta años haciendo posible uno de los portafolios de vinos más completos y atractivos del mercado, los Masi le han permitido al consumidor conocer importantes Denominaciones de Origen y bodegas de todo el mundo. Y eso no es poca cosa en el contexto de un negocio donde el oportunismo y el fraude, a veces, son ley.
Hoy cualquiera en Venezuela es chef, sumiller, experto en vino y gastrónomo encumbrado.
Pero en fin... ¿qué nos trae Di Masi? De Abruzzo, Dino Illuminati; de Verona, Masi; el prosecco Ricordi, Valdoca y Maschio; del Piemonte Barolos, Barbarescos, Dolcettos y Barberas d'Alba y d'Asti de Gianni Gagliardo, Batasiolo y Cascina Castlet.
Angelo Gaja aporta lo suyo con sus Barolos y Barbarescos; del Friuli, viene Tenuta Santa Anna.
Marchesi de'Frescobaldi viene con su caballería completa.
La laureada casa Planeta saca el pecho por Sicilia, junto a Feudo Maccari. Prestigiosas marcas como Tenuta dell'Ornellaia, y del cotizado Bolgheri Tenuta San Guido, hacedor del soberbio Sassicaia.
España se abre paso nada menos que con Pintia, Alión y Vega Sicilia N° 5.
AgustinTorelló saca el pecho por el cava, Fillaboa por el albariño, Finca Valpiedra por Rioja; Hugo Casanova representa Chile, Finca Sophenia y Masi Passo Doble lo hacen por Argentina y lo mejor de la familia Pisano por el Uruguay, entre otras tantas etiquetas.
Di Masi, como muchos otros importadores, resiste, lucha, trabaja. Ni baja la santamaría ni se va de Venezuela. ¿Qué más se les puede pedir? (Di-Masi: Tlf. 0212-237.7053. E-mail: dimasi@cantv.net).
vladimirviloria@gmail.com
El país del vino y los licores hoy por hoy vive el momento más difícil de su historia.
Tiempos de crisis han sido siempre tiempos oscuros en Venezuela. La importación de vino sufre, entre el marasmo de leyes impositivas draconianas y el amañado acceso a la divisa, un infierno inflacionario fuera de control y de un "bolívar fuerte" devaluado que vale menos que nada.
El consumir, como siempre, lleva la peor parte, pues es quien termina pagando las distorsiones de una economía desvencijada, hoy esencialmente desquiciada.
El precio de los vinos es de infarto y ya hasta la popular cerveza y nuestro preciado ron son recuerdo de abundancia y placer.
Si a lo largo y ancho del país hay dificultades para conseguir productos básicos para alimentarnos, ¿qué quedará entonces para el acceso a bebidas espirituosas cuyo único pecado es el de ayudarnos a vivir?
Sin embargo, muchos importadores resisten y trabajan duro para mantenerse. Di Masi es un buen ejemplo de ello.
Con ya casi treinta años haciendo posible uno de los portafolios de vinos más completos y atractivos del mercado, los Masi le han permitido al consumidor conocer importantes Denominaciones de Origen y bodegas de todo el mundo. Y eso no es poca cosa en el contexto de un negocio donde el oportunismo y el fraude, a veces, son ley.
Hoy cualquiera en Venezuela es chef, sumiller, experto en vino y gastrónomo encumbrado.
Pero en fin... ¿qué nos trae Di Masi? De Abruzzo, Dino Illuminati; de Verona, Masi; el prosecco Ricordi, Valdoca y Maschio; del Piemonte Barolos, Barbarescos, Dolcettos y Barberas d'Alba y d'Asti de Gianni Gagliardo, Batasiolo y Cascina Castlet.
Angelo Gaja aporta lo suyo con sus Barolos y Barbarescos; del Friuli, viene Tenuta Santa Anna.
Marchesi de'Frescobaldi viene con su caballería completa.
La laureada casa Planeta saca el pecho por Sicilia, junto a Feudo Maccari. Prestigiosas marcas como Tenuta dell'Ornellaia, y del cotizado Bolgheri Tenuta San Guido, hacedor del soberbio Sassicaia.
España se abre paso nada menos que con Pintia, Alión y Vega Sicilia N° 5.
AgustinTorelló saca el pecho por el cava, Fillaboa por el albariño, Finca Valpiedra por Rioja; Hugo Casanova representa Chile, Finca Sophenia y Masi Passo Doble lo hacen por Argentina y lo mejor de la familia Pisano por el Uruguay, entre otras tantas etiquetas.
Di Masi, como muchos otros importadores, resiste, lucha, trabaja. Ni baja la santamaría ni se va de Venezuela. ¿Qué más se les puede pedir? (Di-Masi: Tlf. 0212-237.7053. E-mail: dimasi@cantv.net).
vladimirviloria@gmail.com
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