En los mercados de la ciudad es posible encontrar los productos que cosechan con amor
Una pareja que entrega su vida al campo
Valencia, agosto 26 (Carleana López).- En los mercados de la ciudad siempre es posible encontrar paquetes de hojas de maíz secas, que son utilizadas para preparar las conocidas hallaquitas de chicharrón.
Al momento de comprarlas han pensado ¿de dónde vienen? o ¿quién se encarga de limpiarlas, empaquetarlas y distribuirlas?
Pues lo que comenzó como una tradición familiar, ahora se convirtió en el trabajo y en el día a día de Pablo y Nelly, dos de los agricultores más conocidos en el sector El Jengibre de la parroquia Negro Primero.
Lo que aprendieron de sus padres ahora lo comparten con sus nietas, a quienes les enseñan, desde pequeñas, el amor y la pasión por el trabajo y la agricultura.
Desde los diez años comenzaron a trabajar en el conuco. Ahora tienen más de 30 años sembrando y empaquetando hojas de maíz, de su siembra, para distribuirlas en el Mercado Mayorista y en el Periférico de Valencia.
Nací en Boquerón, pero he pasado toda mi vida aquí. Vivimos de esto, de lo que se cosecha , comentó Nelly Salas.
Y es que para llenar los sacos utilizan alrededor de 50 paquetes de hojas, las cuales distribuyen en los mercados de la entidad. De igual manera, se encargan de vender maíz por puñitos en el sector donde residen.
Aunque las ventas han bajado, continúan trabajando
Pablo y Nelly informaron que las ventas han decaído en la ciudad, lo cual se lo atribuyen a la falta de algunos productos básicos, como la harina de maíz, indispensable para la preparación de las hallaquitas; sin embargo, ellos continúan sembrando y trabajando.
Asimismo, Pablo Ribas, agricultor y compañero de vida de Nelly, comentó que los días buenos también dependen de la cosecha, pues entre 800 y mil kilos pueden llevar diariamente a los mercados.
El campo es mi vida, ésta es mi costumbre , señaló Ribas, quien además manifestó, acompañado de su esposa, que sus días en el sector transcurren con tranquilidad, sin el ruido y sin el ajetreo que implica la ciudad de Valencia, donde actualmente viven sus seis hijos.
Un trabajo que va de generación en generación
Los parientes de cada uno de ellos comenzaron trabajando las tierras de sus familias. El aprendizaje y la pasión adquiridos por Pablo y Nelly fueron transmitidos a sus hijos, quienes hoy en día se desempeñan como comerciantes en Valencia, y ahora como abuelos regalan todo su conocimiento a sus nietas, quienes los acompañan, se divierten y al mismo tiempo aprenden el oficio que se convirtió en la herencia de la familia Ribas Salas.
Una labor conocida por todos en El Jengibre, pues sus años de trabajo en el sector han hecho que se conviertan en buena referencia de toda la comunidad.
Para ellos, la satisfacción más grande es que desde niños no han dejado a un lado, ni un momento, el legado de sus padres; cada día el amor, el esfuerzo y la pasión por lo que hacen aumentan a medida que observan sus frutos, pues nada más gratificante que sus siembras sirvan para que otras familias de la entidad puedan preparar un plato tradicional y conocido en el país.
Dentro de unos años se visualizan así como ahora, trabajando para sustentar su casa y su familia; y es que las ganas con las que desarrollan su jornada diaria no permiten que la actividad pueda ser vista como una obligación.
En el conuco y en su hogar, han cosechado la verdadera felicidad y tranquilidad, pues son 39 años que Pablo y Nelly han mantenido unidos como compañeros de vida.
No piensan ni un momento en dejar la agricultura a un lado para dedicarse a otra actividad.
Con ventas o sin ellas, con ayudas o no que puedan brindarles para el mantenimiento de sus tierras, el espíritu luchador que transmiten es incansable, por lo que la señora Nelly no perdió ningún momento para asegurar que éste es mi trabajo y lo dejaré cuando me muera .
Contáctanos por:
Correo: Surnotitarde@gmail.com
Twitter: @Surnotitarde
Teléfonos: 0241.850.15.11
0241.850.15.17.
Al momento de comprarlas han pensado ¿de dónde vienen? o ¿quién se encarga de limpiarlas, empaquetarlas y distribuirlas?
Pues lo que comenzó como una tradición familiar, ahora se convirtió en el trabajo y en el día a día de Pablo y Nelly, dos de los agricultores más conocidos en el sector El Jengibre de la parroquia Negro Primero.
Lo que aprendieron de sus padres ahora lo comparten con sus nietas, a quienes les enseñan, desde pequeñas, el amor y la pasión por el trabajo y la agricultura.
Desde los diez años comenzaron a trabajar en el conuco. Ahora tienen más de 30 años sembrando y empaquetando hojas de maíz, de su siembra, para distribuirlas en el Mercado Mayorista y en el Periférico de Valencia.
Nací en Boquerón, pero he pasado toda mi vida aquí. Vivimos de esto, de lo que se cosecha , comentó Nelly Salas.
Y es que para llenar los sacos utilizan alrededor de 50 paquetes de hojas, las cuales distribuyen en los mercados de la entidad. De igual manera, se encargan de vender maíz por puñitos en el sector donde residen.
Aunque las ventas han bajado, continúan trabajando
Pablo y Nelly informaron que las ventas han decaído en la ciudad, lo cual se lo atribuyen a la falta de algunos productos básicos, como la harina de maíz, indispensable para la preparación de las hallaquitas; sin embargo, ellos continúan sembrando y trabajando.
Asimismo, Pablo Ribas, agricultor y compañero de vida de Nelly, comentó que los días buenos también dependen de la cosecha, pues entre 800 y mil kilos pueden llevar diariamente a los mercados.
El campo es mi vida, ésta es mi costumbre , señaló Ribas, quien además manifestó, acompañado de su esposa, que sus días en el sector transcurren con tranquilidad, sin el ruido y sin el ajetreo que implica la ciudad de Valencia, donde actualmente viven sus seis hijos.
Un trabajo que va de generación en generación
Los parientes de cada uno de ellos comenzaron trabajando las tierras de sus familias. El aprendizaje y la pasión adquiridos por Pablo y Nelly fueron transmitidos a sus hijos, quienes hoy en día se desempeñan como comerciantes en Valencia, y ahora como abuelos regalan todo su conocimiento a sus nietas, quienes los acompañan, se divierten y al mismo tiempo aprenden el oficio que se convirtió en la herencia de la familia Ribas Salas.
Una labor conocida por todos en El Jengibre, pues sus años de trabajo en el sector han hecho que se conviertan en buena referencia de toda la comunidad.
Para ellos, la satisfacción más grande es que desde niños no han dejado a un lado, ni un momento, el legado de sus padres; cada día el amor, el esfuerzo y la pasión por lo que hacen aumentan a medida que observan sus frutos, pues nada más gratificante que sus siembras sirvan para que otras familias de la entidad puedan preparar un plato tradicional y conocido en el país.
Dentro de unos años se visualizan así como ahora, trabajando para sustentar su casa y su familia; y es que las ganas con las que desarrollan su jornada diaria no permiten que la actividad pueda ser vista como una obligación.
En el conuco y en su hogar, han cosechado la verdadera felicidad y tranquilidad, pues son 39 años que Pablo y Nelly han mantenido unidos como compañeros de vida.
No piensan ni un momento en dejar la agricultura a un lado para dedicarse a otra actividad.
Con ventas o sin ellas, con ayudas o no que puedan brindarles para el mantenimiento de sus tierras, el espíritu luchador que transmiten es incansable, por lo que la señora Nelly no perdió ningún momento para asegurar que éste es mi trabajo y lo dejaré cuando me muera .
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- Hojas listas para empaquetarlas.
- Desde pequeñas, sus nietas se interesan por el trabajo de sus abuelos.
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