Dietas bajas en grasas no son efectivas para reducir peso
Un estudio reveló que se pierde más talla disminuyendo los carbohidratos
Es importante mejorar la adherencia a una alimentación saludable y evitar el aumento de peso CORTESÍA
EL UNIVERSAL
jueves 26 de noviembre de 2015 12:00 AM
Durante las últimas cuatro décadas, médicos y especialistas en salud pública han promovido la eficacia de las dietas bajas en grasas para lograr la pérdida y el control del peso a largo plazo. Sin embargo, una investigación reciente demostró que este tipo de regímenes alimenticios no siempre fueron los más exitosos en comparación con los que aportaron un mayor contenido de nutrientes.
El estudio fue realizado por un equipo de investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y del Brigham and Women's Hospital, de Boston, Estados Unidos.
Los hallazgos del estudio fueron publicados recientemente en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology.
Los investigadores realizaron una revisión exhaustiva de los datos de 53 estudios clínicos aleatorios, que habían analizado la eficacia de las dietas bajas en grasas y que incluían 68.128 participantes.
En los ensayos cuyo objetivo era la disminución de peso, las dietas bajas en carbohidratos produjeron una mayor pérdida de peso a largo plazo (1, 5 kgs menos), en comparación con las dietas bajas en grasas.
Sin embargo, las dietas bajas en grasas produjeron una disminución significativa de peso (5,41 kgs), en comparación con las dietas habituales de los participantes.
El portal miradorsalud informó que en promedio, los participantes de todos los grupos de intervención solo lograron perder 3 kilogramos en un año.
Los autores del estudio consideran que a pesar del dogma dominante de que hay que reducir las grasas para bajar de peso, las evidencias científicas existentes no favorecen las dietas bajas en grasas con respecto a otras intervenciones dietéticas, para la pérdida de peso a largo plazo.
Los hallazgos del estudio no arrojaron evidencias que apoyen una proporción particular o específica de calorías provenientes de las grasas, que garantice una pérdida significativa de peso a largo plazo.
Por otra parte, los autores recomiendan que la discusión sobre la pérdida de peso no se limite a las calorías provenientes de las grasas, carbohidratos y proteínas, sino que se enfoque en los patrones de alimentación saludables como la dieta mediterránea; en los alimentos naturales, poco procesados; en el tamaño de las porciones; y en el consumo de frutas y hortalizas, fibras y grasas saludables. Sugieren evitar el consumo de alimentos con azúcar añadida y bebidas azucaradas.
Los autores resaltan la importancia de diseñar dietas que se adapten a las tradiciones culinarias, la necesidad de recurrir a alternativas que mejoren la adherencia a una alimentación saludable a largo plazo y, ante todo, prevenir el aumento de peso.
El estudio fue realizado por un equipo de investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y del Brigham and Women's Hospital, de Boston, Estados Unidos.
Los hallazgos del estudio fueron publicados recientemente en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology.
Los investigadores realizaron una revisión exhaustiva de los datos de 53 estudios clínicos aleatorios, que habían analizado la eficacia de las dietas bajas en grasas y que incluían 68.128 participantes.
En los ensayos cuyo objetivo era la disminución de peso, las dietas bajas en carbohidratos produjeron una mayor pérdida de peso a largo plazo (1, 5 kgs menos), en comparación con las dietas bajas en grasas.
Sin embargo, las dietas bajas en grasas produjeron una disminución significativa de peso (5,41 kgs), en comparación con las dietas habituales de los participantes.
El portal miradorsalud informó que en promedio, los participantes de todos los grupos de intervención solo lograron perder 3 kilogramos en un año.
Los autores del estudio consideran que a pesar del dogma dominante de que hay que reducir las grasas para bajar de peso, las evidencias científicas existentes no favorecen las dietas bajas en grasas con respecto a otras intervenciones dietéticas, para la pérdida de peso a largo plazo.
Los hallazgos del estudio no arrojaron evidencias que apoyen una proporción particular o específica de calorías provenientes de las grasas, que garantice una pérdida significativa de peso a largo plazo.
Por otra parte, los autores recomiendan que la discusión sobre la pérdida de peso no se limite a las calorías provenientes de las grasas, carbohidratos y proteínas, sino que se enfoque en los patrones de alimentación saludables como la dieta mediterránea; en los alimentos naturales, poco procesados; en el tamaño de las porciones; y en el consumo de frutas y hortalizas, fibras y grasas saludables. Sugieren evitar el consumo de alimentos con azúcar añadida y bebidas azucaradas.
Los autores resaltan la importancia de diseñar dietas que se adapten a las tradiciones culinarias, la necesidad de recurrir a alternativas que mejoren la adherencia a una alimentación saludable a largo plazo y, ante todo, prevenir el aumento de peso.
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