B & G Roséd’Anjou
El Nacional 22 DE NOVIEMBRE 2015 - 12:01 AM
Que el vino rosado es el resultado de los sobrantes de blancos y tintos de las bodegas, que se hace con la peor uva de las fincas, que se le añade azúcar para darle ese dulzor que caracteriza a algunos. ¡Falso de toda falsedad! Claro que existen vinos rosados mediocres… ¿acaso no los hay también blancos y tintos? Más bien difícil de lograr, un buen rosado es aquel que consigue un correcto balance entre acidez, fruta, alcohol –rara vez mayor a los 13,5 grados- y azúcar residual. Sin pretensiones y sencillo, debería estar siempre a medio camino entre un blanco fresco y frutal y un tinto muy ligero, claro está, dependiendo de la calidad de la uva con que se le trabaje. Con algo de más fuerza en boca que un blanco joven, la idea es que conserve la acidez de éste pero con algo de más cuerpo, dados los taninos extraídos durante las breves horas de maceración, momento crucial en que se obtiene color y aromas de la piel de la uva.
Elaborado en pagos del Valle del Loira a partir de Cabernet Franc y Grolleau, de intensidad media y pleno de fruta, el Rosé D’Anjou 2012 de Barton&Guertier, busca el frescor y correctos registros de cereza, fresa o moras.Equilibrado y juguetón, es versátil, fácil, abocado y amigable, y sus atributos convocan a disfrutarlo frío a no más de 8 grados (tampoco muy helado) y sabrá entregarse como aperitivo o para acompañar quesos frescos de vaca o cabra, ceviches, ensaladas, arroces y platos igualmente aromáticos y ligeros. Además, sabe entregarse muy bien a la suculencia y complejidad de la rica y decembrina hallaca caraqueña. ¡Salud!
Que el vino rosado es el resultado de los sobrantes de blancos y tintos de las bodegas, que se hace con la peor uva de las fincas, que se le añade azúcar para darle ese dulzor que caracteriza a algunos. ¡Falso de toda falsedad! Claro que existen vinos rosados mediocres… ¿acaso no los hay también blancos y tintos? Más bien difícil de lograr, un buen rosado es aquel que consigue un correcto balance entre acidez, fruta, alcohol –rara vez mayor a los 13,5 grados- y azúcar residual. Sin pretensiones y sencillo, debería estar siempre a medio camino entre un blanco fresco y frutal y un tinto muy ligero, claro está, dependiendo de la calidad de la uva con que se le trabaje. Con algo de más fuerza en boca que un blanco joven, la idea es que conserve la acidez de éste pero con algo de más cuerpo, dados los taninos extraídos durante las breves horas de maceración, momento crucial en que se obtiene color y aromas de la piel de la uva.
Elaborado en pagos del Valle del Loira a partir de Cabernet Franc y Grolleau, de intensidad media y pleno de fruta, el Rosé D’Anjou 2012 de Barton&Guertier, busca el frescor y correctos registros de cereza, fresa o moras.Equilibrado y juguetón, es versátil, fácil, abocado y amigable, y sus atributos convocan a disfrutarlo frío a no más de 8 grados (tampoco muy helado) y sabrá entregarse como aperitivo o para acompañar quesos frescos de vaca o cabra, ceviches, ensaladas, arroces y platos igualmente aromáticos y ligeros. Además, sabe entregarse muy bien a la suculencia y complejidad de la rica y decembrina hallaca caraqueña. ¡Salud!
¿A qué qué temperatura se consume el vino?
Tener en cuenta la temperatura del vino al momento de consumirlo es vital para la su correcta apreciación. Aunque depende del gusto personal, se pueden tomar ciertas recomendaciones para que el vino exprese su mayor potencial aromático. Expresiones como: “el vino blanco se toma frio y el tinto al clima”, son algo ambiguas; si bien el blanco es perfecto entre 8 a 10 °C, en los tintos, habría que saber de dónde y cuándo será el clima; ¿en Caracasal exterior, entre 24 y28°C, o al interior de un restaurante a 22° C?; o ¿en París en invierno, al exterior, entre 0 y 7°C, o al interior de un restaurante a 20°C ?. Verdaderamente cuando se menciona “al clima”, se hace referencia al clima de la bodega donde se guardan los vinos, es decir, entre 14 y 18 °C.
La volatilidad de los componentes aromáticos aumenta en función de la temperatura; así que temperaturas entre 8 y 18 °C permiten que los vinos expresen mejor sus aromas; por lo cual la temperatura ideal para su consumo se encuentra en este rango, para apreciar mucho mejor sus bondades en boca y nariz.
En los blancos y rosados, la alta temperatura acentúa la acidez, por lo que deben consumirse fríos, entre 8 a 10 °C, para que se sientan equilibrados y con una buena expresión aromática. Igualmente la acidez se une a la frutosidad, lo que lo hace agradable y refrescante, cualidades que esperamos de un blanco y un rosado.En caso de blancos de variedades muy aromáticas como Chardonnay, Sauvignon, Riesling, Sylvaner y Moscatel, se deben tomar alrededor de 10 °C para apreciar mejor sus aromas.
Los vinos espumosos, por su alto contenido en gas carbónico natural, deben tomarse entre 4 y 6°C; temperaturas que permiten un excelente equilibrio entre el gas y los componentes ácidos del vino, produciendo una chispeante y deliciosa sensaciónen boca.
Los tintos, si los tomamos fríos, los sentiremos duros porque los compuestos fenólicos elevarán su grado de astringencia, mientras que si los consumimos a temperatura ambiente a 25 °C o más, los sentiremos alcohólicos en nariz y aguados en boca, al bajar su grado de astringencia. Por lo que su temperatura ideal de consumo está entre 14 a 20°C; cerca de 14 cuando son jóvenes y de astringencia moderada, y cerca de 20°C cuando sean de astringencia robustay/o de añejamiento en barrica.
En el caso de vinos especiales como los generosos, dulces y licorosos, se deben tomar fríos entre 8 y 10 °C.
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