Los Tenedores de Oro
La Academia Venezolana de Gastronomía anunció los ganadores de los premios Tenedor de Oro y Armando Scannone 2015. María Fernanda Di Giacobbe fue merecedora del Gran Premio Tenedor de Oro, por su trabajo con el cacao y su interés por la gastronomía venezolana; Héctor Padula ganó el Premio Tenedor de Oro al Chef del Año, por la propuesta culinaria de alta cocina que ofrece en su restaurante Recovecos, y el libro Romero.
Cocina Venezolana Contemporánea, del chef Héctor Romero –que condensa su trabajo de siete años como docente y cocinero en el Instituto Culinario de Caracas y en El Comedor, fue reconocido con el Premio Tenedor de Oro a la Publicación Gastronómica. Hubo una Mención Especial del jurado para Jacqueline Goldberg, por su poemario Limones en almíbar. El Premio Armando Scannone fue para Francisco Abenante, por el rescate del sabor venezolano que ofrece en el restaurante La Casa Bistró. Las menciones fueron para Mejilloneros Brisas del mar, de La Guardia; Pietro Carbone; productores de Cocuy Pecayero, de Falcón; y la cocinera merideña Valentina Inglessis.
El regreso de Joel Mandarín
En un nuevo local, Joel Barón continúa sirviendo platos del norte de China
GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
domingo 22 de noviembre de 2015 12:00 AM
Durante muchos años, Joel Barón fue el principal asistente en los fogones de un restaurante chino donde el dueño, y cocinero, era mandarín. Cuando el local cerró, Joel no quiso guardarse sus saberes y empezó a cocinar en la terraza de la Excelente, una tasca en Los Palos Grandes. Y se transformó en Joel Mandarín.
Por la calidad de sus platos y su buena relación precio-valor, Joel se hizo emblemático entre quienes aprecian una comida china diferente. Ahora, y después de unos meses de ausencia, Joel regresa con un nuevo local, un pequeño restaurante en Chacao, mucho más cómodo que la antigua terraza donde servía, pero con el mismo menú e, incluso, con parte del personal que atendía en Los Palos Grandes y que conocían -y reconocían- a los clientes.
El local, en la planta baja del centro comercial Metropolitano de Chacao, es una mezcla de estilos. Tiene reminiscencias japonesas -se sigue llamando Osaka, pues era un restaurante de comida nipona y luce algunos objetos de esa cultura-, tiene elementos chinos -cónsonos con su cocina- ytambién elementos religiosos venerados por los venezolanos. Pero su menú es tan mandarín como antes y los precios, a pesar de la situación actual, son racionales.
En esa carta no hay lumpias,costillas, arroz chino ni pollo con miel, por la simple razón que ese tipo de comida es cantonesa y no de estilo mandarín, que proviene del norte de China. Es una cocina que se basa menos en las frituras, aunque las tiene. Las salsas, siempre presentes en la comida china, son más delicadas.
En Osaka, Joel Mandarín continúa ofreciendo los platos emblemáticos de Los Palos Grandes. Entre los más pedidos están los camarones crunchie, que se comen con caparazón y todo, las berenjenas salteadas y la flor de ajo con pollo o cerdo. El lagarto de res con ensalada es otro de los favoritos y, entre los comensales chinos, se solicitan mucho los pepinos con cerdo, algas y salsa de anguila.
Algunos platos son más osados o más elaborado, como las orejitas de cerdo en ensalada, los codillos de cochino hechos a fuego lento -que sólo sirven los fines de semana- o el plato frío de pulpo con célery.
El arroz merece mención aparte. Es infaltable para quienes disfrutan cuando lo sirven realmente graneado. Lo mezclan con vegetales casi crudos que le dan textura crujiente.
Las porciones de todos los platos son generosas y lo ideal es pedir varios para compartir. Por su Instagram @JoelMandarin se puede conocer más de esta propuesta diferente de comida china y para más información sobre el restaurante se puede llamar al 266.0713 y 0424-405.4335.
Por la calidad de sus platos y su buena relación precio-valor, Joel se hizo emblemático entre quienes aprecian una comida china diferente. Ahora, y después de unos meses de ausencia, Joel regresa con un nuevo local, un pequeño restaurante en Chacao, mucho más cómodo que la antigua terraza donde servía, pero con el mismo menú e, incluso, con parte del personal que atendía en Los Palos Grandes y que conocían -y reconocían- a los clientes.
El local, en la planta baja del centro comercial Metropolitano de Chacao, es una mezcla de estilos. Tiene reminiscencias japonesas -se sigue llamando Osaka, pues era un restaurante de comida nipona y luce algunos objetos de esa cultura-, tiene elementos chinos -cónsonos con su cocina- ytambién elementos religiosos venerados por los venezolanos. Pero su menú es tan mandarín como antes y los precios, a pesar de la situación actual, son racionales.
En esa carta no hay lumpias,costillas, arroz chino ni pollo con miel, por la simple razón que ese tipo de comida es cantonesa y no de estilo mandarín, que proviene del norte de China. Es una cocina que se basa menos en las frituras, aunque las tiene. Las salsas, siempre presentes en la comida china, son más delicadas.
En Osaka, Joel Mandarín continúa ofreciendo los platos emblemáticos de Los Palos Grandes. Entre los más pedidos están los camarones crunchie, que se comen con caparazón y todo, las berenjenas salteadas y la flor de ajo con pollo o cerdo. El lagarto de res con ensalada es otro de los favoritos y, entre los comensales chinos, se solicitan mucho los pepinos con cerdo, algas y salsa de anguila.
Algunos platos son más osados o más elaborado, como las orejitas de cerdo en ensalada, los codillos de cochino hechos a fuego lento -que sólo sirven los fines de semana- o el plato frío de pulpo con célery.
El arroz merece mención aparte. Es infaltable para quienes disfrutan cuando lo sirven realmente graneado. Lo mezclan con vegetales casi crudos que le dan textura crujiente.
Las porciones de todos los platos son generosas y lo ideal es pedir varios para compartir. Por su Instagram @JoelMandarin se puede conocer más de esta propuesta diferente de comida china y para más información sobre el restaurante se puede llamar al 266.0713 y 0424-405.4335.
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