Las arepas gustaron en Malasia
Federico Tischler y Enrique Limardo enseñaron a hacer arepas a un grupo de 25 estudiantes en Kuala Lumpur. Hasta entonces, ninguno sabía sacar provecho a la harina Pan que se ofrece en los anaqueles de la capital malaya. Además de preparar la masa, darle forma y asarlas sobre una plancha, aprendieron a preparar dos rellenos muy tradicionales: carne mechada y reina pepeada, que llevó aguacate australiano.
¿El resultado? “Gustaron mucho más de lo que creíamos”, afirma Tischler, a cargo con Limardo de los fogones de Alma Cocina Latina, restaurante que ofrece gastronomía venezolana en Baltimore, reconocido por críticos de distintos medios de comunicación de Maryland.
“Fuimos a Malasia invitados por la Embajada de Venezuela en ese país, para participar en el X Festival Gastronómico de Venezuela, celebrado en el hotel Pullman de Kuala Lumpur a finales de octubre”, explica Tischler. Fuera de la agenda –agrega– estuvo la actividad con los estudiantes, que también aprendieron a preparar pabellón –“en el que encontraron similitud con uno de sus platos típicos, un triángulo de masa de arroz relleno de carne y frijoles, cocido al vapor envuelto en hojas de plátano”– y negro en camisa.
No fueron las únicas preparaciones que los cocineros mostraron en Malasia. Durante el festival ofrecieron arepas –asadas y fritas–, cachapas, empanadas de pollo y de carne, crema de auyama y sopa de costilla y rabo de res, además de polvorosa de pollo –“el plato que más gustó”, dice Limardo–, langostinos en salsa de tamarindo, calamares con coco y curry, al estilo de Río Caribe, y rosbif, con yuca hervida, guasacaca, mojo de cilantro y patacón. ¿Más? Vuelve a la vida, ensalada de granos cevichada, vegetales rostizados con vinagreta de papelón y pan de bono. ¿Postres? Además del negro en camisa, Juan Sabroso, quesillo, marquesa y torta María Luisa.
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