Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

sábado, 21 de noviembre de 2015

"Esa Paria lejana, frondosa, generosa, abandonada, también es Venezuela"

LIMONES EN ALMIBAR

"Esa Paria lejana, frondosa, generosa, abandonada, también es Venezuela"

VANESSA ROLFINI |  EL UNIVERSAL
sábado 21 de noviembre de 2015  12:00 AM
Culinaria venezolana en patúa
Rosa Bosch es la cronista de Güiria en el estado Sucre. Patuaparlante, tal vez está entre las últimas personas que hablan esta lengua, que parece destinada a desaparecer. Toda persona que busque referencias sobre gastronomía pariana, inevitablemente se topará con su nombre.

Educadora de profesión, nació en Güiria en 1932, es decir, ha vivido en carne propia la historia de una población compleja, alejada, de rasgos fuertes al punto que tiene su propia lengua y cuyo registro de sabores y platillos se expresa en primera persona, con nombres de vocablos afrancesados y anglosajones.

La profesora Bosch es una mujer fuerte, dulce, tiene el don de narrar detalladamente cualquier tema relacionado a Paria con una pasión y precisión que conmueve. Se ha centrado en asentar la historia de Güiria, que como ella expresa "no sabemos con exactitud la fecha de su fundación porque no hay registros". 

"Lo que he hecho es apoyarme en relatos, libros y documentos que la mencionen. Tuve una casa que era cuenta cuentos, donde se cultivó la gastronomía pariana, mis tías hablaban patuá para que los niños no entendiéramos, de allí algo aprendí. Luego con los años me dediqué a aprenderlo de las señoras que aún lo utilizaban", expresa.

Admiro los trabajos de la profesora Bosch, pero se digieren de otro modo cuando se viaja a su Güiria. Una travesía que conduce al comienzo o al final de algún lugar. Un camino verde, frondoso, donde no hay un solo espacio sin árboles frutales, un paisaje que abruma, cruzado por una vía llena de baches en todas las acepciones de la palabra. Entonces, se entiende el relativo aislamiento que trae identidades que se expresan en términos propios.

"La gastronomía pariana es un crisol de culturas", afirma orgullosa Rosa Bosch. Su discurso ensambla capa por capa sus componentes: amerindios que aportaron el ají; antillanos franceses con el uso de las charlotas y su refinamiento; indios con la inclusión del curry y del coco, y finalmente, el uso de la harina de trigo traída por los ingleses, al punto que la panadería pariana está plagada de recetas como domplinas que en Sucre tiene muchos nombres y versiones como becas, flotas y galetas.

Me atrevo a afirmar sin lugar a dudas, que si se le pregunta a cualquier compatriota - ajeno a Paria - sobre nombres como paté cocó, paté banam, gató, corbullón, acrá, saus, fricasé, bofló, mabí, ginyabié, galé, talkarí, por solo mencionar algunos, expresarán sus desconcierto y no los reconocerán en absoluto. Pero esa Paria lejana, frondosa, gerenosa, abandonada e incomprendida también es Venezuela y la profesora Rosa Bosch está ahí para recordarlo en español y en patuá. @rutasgolosas

No hay comentarios:

Publicar un comentario