La Casa de la Ginebra, el museo destilería de Londres
Este museo refleja la historia social de Londres desde los comienzos de la revolución industrial
La Casa de la Ginebra, un museo destilería en Londres, ofrece un paseo por los aromas, sabores y proceso de destilación de esta bebida de origen holandés, que se popularizó en Reino Unido en el siglo XVII.
El olor a nebrina impregna las paredes que, al tiempo que transportan al visitante al Londres victoriano, dan la bienvenida a este museo de la ginebra situado en el barrio londinense de Kennington.
Con el nombre de Beefeater Londres-La casa de la Ginebra, esta destilería, que comenzó a producir a comienzos del siglo XIX para otras empresas, es la única de la ciudad que ha permanecido durante tanto tiempo en pie y que actualmente produce 30 millones de botellas al año.
Una enorme nave decorada de manera elegante de rojo y blanco, pero con forma de nave industrial, describe la historia de esta bebida, de la que se dice que fue creada por unos monjes holandeses para prevenir la peste bubónica, aunque otra teoría la atribuye al científico alemán Franz de Le Boe y su interés por combatir las piedras del riñón.
La destilería recoge decorados en sus paredes que emulan a los bebedores de la época, esos caballeros de sombrero de copa y abrigo largo o esos vagabundos perdidos en el alcohol.
Desmond Payne, jefe de la destilería, dice que este museo “refleja la historia social de Londres desde los comienzos de la revolución industrial hasta la actual imagen de Londres como ciudad moderna”.
Un guía de la casa museo acompaña al visitante durante el recorrido en el que se puede ver el proceso de destilería, así como un mapa interactivo con las destilerías de la ciudad desde la llegada de la bebida a la capital.
El jefe de la destilería destaca la zona del museo en la que se representan los pequeños bares y los innovadores cocteles de los pasados años 20, que incluye también un guiño a la Ley Seca que al mismo tiempo regía en Estados Unidos y que a su vez recrea “los pequeños bares de Chicago donde se servía alcohol de forma ilegal”.
El proceso de producción lo constituyen numerosos barriles metálicos con embudos gigantes, decenas de sacos con las semillas de los aromas y otras tantas cajas transparentes con marcos dorados, que incuban las copas de ginebra que esperan alcanzar su punto álgido para entonces ser degustadas por los visitantes.
La ginebra, bebida de las clases populares europeas en el siglo XVII, fue ascendiendo socialmente gracias a su alianza con la tónica y para 1750, una quinta parte de las casas de Londres se convirtieron en punto de venta de la ya entonces popular bebida.
Fueron los soldados del Ejército Imperial Británico quienes empezaron a mezclar la ginebra y la tónica para combatir la malaria y, de paso, celebrar sus victorias.
Curiosamente, aunque en la actualidad Estados Unidos e Inglaterra siguen siendo los principales productores de ginebra, quienes más la consumen son los filipinos, seguidos de los españoles.
La entrada a la destilería, que pertenece a la casa Beefeater desde 1958, cuesta 12 libras (15 euros o 20 dólares) y lleva al visitante hasta las diferentes salas decoradas como si se trataran de las calles del Londres victoriano; con los olores de especias del mercado de Convent Garden y los diferentes bares clandestinos de la época.
En la capital británica también se pueden visitar otras destilerías como Sipsmith, en el barrio de Hammersmith, al oeste de la ciudad y que comenzó a producir en 1869, o City of London Distillery, una pequeña destilería en Bride Lane (centro de Londres).
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