El Carabobeño 20 de Diciembre de 2015 - 08:20 AM
Navidades sorteando la escasez
Estefanía Rosales Coronel
“Lo que pasa con la hallaca es que tiene muchos ingredientes”, se le escucha decir a una señora mayor en una reunión de despedida de un nieto que se va a vivir en el exterior. Enumera parte de los materiales y los dedos no le alcanzan: carne de res, onoto, cerdo, harina de maíz, ajo porro, pimentón, ají dulce, tomate, alcaparras, tocino, aceite… la lista puede continuar dependiendo de la receta de cada familia. La receta de esta ama de casa lleva tocino, 50 hallacas requieren 1kg, es decir, 1800 Bs solamente en este ingrediente.
No es solo los ingredientes, también ha subido de precio el pabilo para amarrarlas, un rollo cuesta 500 Bs; “de paso flojo, así que realmente no es tanto pabilo”, acota la señora.
En 2013 una hallaca costaba 15 bolívares. En 2014 aumentó más de 366% al alcanzar los 70 bolívares por unidad. El año pasado se necesitaba 75% del sueldo mínimo para preparar 100 hallacas. Hoy se calcula que el encarecimiento del producto terminado es de 785,71%.
“La masa no está para bollo ni menos para hallaca”, sentencia la cocinera con más de 40 años de experiencia, Antonieta Coronel. Confiesa que este año apenas y –con suerte- hará hallacas para ella, gracias a un sobrino que la ayudó a conseguir la harina de maíz. Aunque en años anteriores cocinaba y las vendía tipo vegetarianas por estas fechas, además de otras recetas como vino de ciruelas pasas. Este año no ofrecerá sus platos a la venta.
Ingredientes difíciles
“Está difícil”, es el consenso entre quienes acostumbran hacer hallacas para la mesa navideña. Muchos de los materiales como el ají dulce, el cebollín y el onoto aumentaron de forma estrepitosa. Se estima que el incremento de los precios de la carne de res, cochino, pollo y gallina, llevó el presupuesto necesario para elaborar 50 hallacas hasta 14 mil 195 bolívares.
“Si tú no tienes harina de maíz, estás fregado porque es la masa para envolver el guiso de la hallaca”, explica la cocinera. “Antes uno conseguía la harina de maíz amarilla, incluso si la vendían en el año uno la tenía guardada para hacer las hallacas porque ya venía con el colorante y uno le ponía un poquito más de onoto, pero está por las nubes y una hallaca sin colorante amarillo es horrible, es una hallaca anémica”.
El paquete de hojas para envolver cuesta 500 Bs en los supermercados. “La hoja es indispensable, es el sabor de la hallaca, asar la hoja de ese olor ahumado sabrosísimo que se transmite a la hallaca y le da su aroma característico”, comenta Coronel.
Tampoco la hallaca vegetariana se libra de las dificultades como las tradicionales. La carne de soya escasea también. Es posible reemplazarla por mechada de cáscara de plátano cocida y picada en cuadritos. “En el régimen vegetariano todavía tenemos la felicidad de que hay vegetales, están caros, pero en los mercados populares se ofrecen buenos precios”.
Andreína es quien acostumbra preparar las hallacas en su familia y admite que el costo de la elaboración depende de dónde se compren los ingredientes. Tal como lo indica Coronel, en su caso compró todas sus verduras en el supermercado y el tocino para sus hallacas caraqueñas lo adquirió con tres meses de anticipación. Contó con la facilidad de amigos y familiares que la ayudaron a conseguir la carne. Comprando los ingredientes poco a poco logró preparar 80 hallacas y 140 bollos este año.
Las alternativas
La cocinera Antonieta Coronel ofrece sus sugerencias de ingredientes sustitutos para las hallacas de este año, por ejemplo la carencia onoto puede ser sustituida por jugo de bien concentrado que da un tono como cucuma a la masa. La harina de maíz precocida también se puede reemplazar con maíz pilado.
Otros platos como la tradicional torta negra también pueden seguir elaborándose, por ejemplo ante el alza del precio de las nueces y las almendras –estas últimas rondan el precio de 9.000 Bs/kg-, se puede utilizar maní tostado que no sea salado.
En el caso de los confitados, existe la opción de elaborarlos con cáscara de naranja hervida, rebanada en tiras y finalmente mezclada con almíbar. Para darle color al bizcocho, se puede usar mezcla de caño o papelón si no se dispone de cacao, un toque de canela o nuez moscada también le va bien.
A pesar de todos los obstáculos, Coronel se mantiene optimista, y que los venezolanos se las ingeniarán de cualquier manera para preparar el corazón culinario de una típica mesa navideña. “La gente no se va a quedar con los brazos cruzados, está pensando hacer bollos, bien aliñado es delicioso. Un buen guiso hace unos bollos de primera”.
La hallaca representa el aspecto materno, explica Coronel, y une a la familia. Tradicionalmente la preparación es una actividad familiar, incluso a los niños más pequeños se les incorpora en la elaboración del plato, así sea contando las pasas o las aceitunas.
Más allá de la mesa
Dejando de lado la hallaca, el psiquiatra y antropólogo Luis José Uzcátegui advertía que las elecciones parlamentarias podían ser “el regalo gigantesco para muchos o la atrocidad gigantesca para otros”. Los resultados podían tomarse casi como una llegada temprana del Niño Jesús o no, dependiendo de qué bando saliera victorioso.
“La navidad siempre ha tenido un poco de romanticismo, de abrazarse”, señaló el especialista. “Han cambiado a unas navidades donde hay que templar el espíritu, fortalecer las emociones, eso realmente es lo que le da mayor cimiento a las sociedades”.
Uzcátegui catalogó cualquier circunstancia desprendida posterior al 6D, lleva a la necesidad de que tiene que generarse nuevas respuestas, nuevos liderazgos, mensajes con otras formas de interpretar la sociedad y la realidad.
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