Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 28 de febrero de 2016

Cuando la calidad del líquido que sale del grifo no es óptima, es bueno asegurarse de que el que consumimos sea realmente potable. Una experta señala cómo procesarlo

Salud: Cómo tratar el agua

El agua se debe hervir de 5 a 10 minutos / Foto: Todo en Domingo
El agua se debe hervir de 5 a 10 minutos / Foto: Todo en Domingo
Cuando la calidad del líquido que sale del grifo no es óptima, es bueno asegurarse de que el que consumimos sea realmente potable. Una experta señala cómo procesarlo

No siempre el agua que llega de la calle parece limpia. A veces su sabor también siembra cierta duda. Mariángel Paolini, química especialista en ciencia de los alimentos y autora del blog Cocina Segura, señala que en este momento no es sensato tomar agua directamente del grifo. "Ni siquiera para hidratar a las mascotas sería recomendable usar agua del chorro". Si bien lo ideal es que el agua sea inodora, insabora e incolora, la experta señala que hay una serie de factores que no contribuyen a que esas características prevalezcan últimamente: la falta de lluvia, los cambios climáticos que favorecen la proliferación de microorganismos en los embalses y el estado de las tuberías de los sistemas de distribución –con los minerales que desprenden– son algunas de las causas que hacen que el agua presente características cuestionables para su consumo.
La experta indica que lo básico es contar con un filtro –sea de piedra o de membrana– cuyos grados de porosidad ayudan a retener partículas, microorganismos y agentes patógenos. "Sin embargo, aun filtrándola, lo ideal sería hervir el agua. O en casos en los que no se pueda hervir, colocar cuatro gotas de lejía al 5% por cada litro de agua y dejar reposar 30 minutos". Recurrir al agua de botellón es una opción preferida en algunos hogares en función de cocinar con agua más limpia. "El problema del botellón es que uno realmente no tiene completa certeza de que esa sea agua de pozo profundo, y aun si así fuera, no tenemos cómo saber qué aguas superficiales pudieran alimentar ese pozo que no sean limpias. Tampoco podemos saber con seguridad qué higiene se le hace a esos botellones plásticos antes de cada llenado, por ejemplo. En cualquier caso, no esta de más hervirla de todos modos antes de consumirla", recomienda Paolini.
¿Cuánto es suficiente? Lo ideal es que el agua hierva de 5 a 10 minutos. "Una vez hervida, se dice que uno debe oxigenarla dándole movimiento o aireándola con un cucharón, pero para los efectos, hacerlo o no es indistinto. Es más costumbre que otra cosa". Para almacenarla, la experta sugiere el vidrio, un material inerte y poco poroso. Si se usan recipientes de plástico, es importante lavarlos bien antes de cada llenado, ya que son más porosos y podrían retener más minerales. También conviene ser cuidadosos en no contaminar el agua hervida introduciendo repetidamente tazas o cucharones que no estén completamente limpios.
En lugar de hervir una olla gigantesca de muchos litros, la especialista aconseja llevar a ebullición cantidades más manejables que se puedan renovar constantemente. "Es importante no tomarse el sedimento que quede en la olla, sino desecharlo. También es necesario lavar bien las ollas antes de hervir cada nuevo lote", apunta. Para lavar los alimentos, si bien no es indispensable usar agua hervida, Paolini sugiere usar por lo menos agua filtrada. "También tenemos que tener presente que cuando nos bañamos o nos cepillamos, nuestras mucosas entran en contacto con ese líquido. No vamos a decir que hay que bañarse con agua filtrada, pero sí pudiéramos tener la precaución de usar agua hervida para bañar a un bebecito o para cepillarse los dientes cuando se trata de grupos con defensas más vulnerables, como niños, mujeres embarazadas, personas con cáncer o ancianos".
¿Y el hielo?
Al enfriar las bebidas, conviene no descuidar la calidad del hielo que se les añade. "Se suele creer que el frío mata todo y eso no siempre es cierto: hay ciertos agentes que pueden resistir esas temperaturas. No hacemos mucho hirviendo el agua que nos vamos a tomar, si luego la enfriamos con un hielo que hicimos con agua del grifo", ilustra la experta. "La inocuidad del hielo de la calle, por ejemplo, es difícil de garantizar, porque fácilmente ha podido ser preparado con agua del chorro. Son elementos adicionales que hay que considerar", apunta Paolini.

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