"Es gratificante verlos rellenar cada bombón y darle forma"
Yadira Burke es instructora de Invedin en Colinas de Bello Monte
Burke tiene una niña especial que recibe buena educación ADOLFO ACOSTA
JORGE HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
miércoles 17 de febrero de 2016 12:00 AM
En 1991 la hija de Yadira Burke convulsionó. Poco tiempo después le diagnosticaron esclerosis tuberosa en el hospital Militar Dr. Carlos Arvelo de San Martín. Desde ese momento decidió trabajar para que su niña, y otros jóvenes especiales, reciban educación de calidad.
Tres años después acudió a la sede del Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño (Invedin), ubicado en El Marqués. Allí evaluaron su caso y la orientaron para que supiera a qué se enfrentaría su hija menor.
"Acudía a Invedin tres veces por semana a las terapias de mi hija. En esta institución le enseñaron a caminar, hablar y a desempeñarse en sus labores cotidianas. En compensación sentí que debía ayudar a otros niños de esta institución y es cuando me integré a la Sociedad de Padres en 2002, y desde entonces me quedé acá trabajando por los niños, en la sede de Colinas de Bello Monte", cuenta.
Burke fue mensajera, voluntaria y participante en infinidad de bazares de Invedin hasta convertirse en instructora de la institución tras aprender a elaborar chocolates. "Enseño a niños especiales cómo elaborar chocolates, bombones, chupetas y gomitas. Es una labor que realizo desde 2011", afirma.
Recuerda que el curso fue realizado, además, por su hija mayor, quien también enseña este oficio a los niños de los ocho salones de Invedin en el municipio Baruta.
"Es muy gratificante verlos pintar los moldes, rellenar cada bombón y darle forma para luego venderlos y reutilizar esos fondos en su educación y tratamiento médico. Hoy tienen su propio laboratorio donde se hacen hasta 500 chocolates por día para instituciones y eventos", agrega.
Tres años después acudió a la sede del Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño (Invedin), ubicado en El Marqués. Allí evaluaron su caso y la orientaron para que supiera a qué se enfrentaría su hija menor.
"Acudía a Invedin tres veces por semana a las terapias de mi hija. En esta institución le enseñaron a caminar, hablar y a desempeñarse en sus labores cotidianas. En compensación sentí que debía ayudar a otros niños de esta institución y es cuando me integré a la Sociedad de Padres en 2002, y desde entonces me quedé acá trabajando por los niños, en la sede de Colinas de Bello Monte", cuenta.
Burke fue mensajera, voluntaria y participante en infinidad de bazares de Invedin hasta convertirse en instructora de la institución tras aprender a elaborar chocolates. "Enseño a niños especiales cómo elaborar chocolates, bombones, chupetas y gomitas. Es una labor que realizo desde 2011", afirma.
Recuerda que el curso fue realizado, además, por su hija mayor, quien también enseña este oficio a los niños de los ocho salones de Invedin en el municipio Baruta.
"Es muy gratificante verlos pintar los moldes, rellenar cada bombón y darle forma para luego venderlos y reutilizar esos fondos en su educación y tratamiento médico. Hoy tienen su propio laboratorio donde se hacen hasta 500 chocolates por día para instituciones y eventos", agrega.
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