Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 1 de noviembre de 2015

Popularizada, entre otros, por el médico austríaco Stephan Domenig gracias a un libro titulado La cura alcalina, esta dieta propone ingerir mayor o menor cantidad de alimentos, no con base en las calorías o nutrientes que aporten sino en función de la "acidez" o "alcalinidad" que éstos generan durante el proceso de digestión. ¿La razón argumentada? De eso depende el funcionamiento del organismo, y en definitiva, la salud general.

La dieta alcalina: ¿Beneficio engañoso?

Famosos de Hollywood aseguran estar bajando de peso y mejorando su salud con un régimen que propone "reducir la acidez del organismo" y "equilibrar el pH de la sangre" ingiriendo ciertos alimentos. Expertos advierten que el publicitado sistema nutricional no tiene bases científicas sólidas y seguirlo a rajatabla podría suponer riesgos.

por EFRAÍN CASTILLO  |  imagen: WWW.SHUTTERSTOCK.COM | DOMINGO 1 DE NOVIEMBRE DE 2015

Es la nueva moda alimentaria entre muchas celebridades. Actrices como Gwyneth Palthrow o Jennifer Aniston dicen desintoxicarse con ella. El diseñador Marc Jacobs aseguró seguirla para ganar contextura mientras la top model Miranda Kerr ha afirmado que este régimen es uno de los secretos detrás de su envidiable figura.

Popularizada, entre otros, por el médico austríaco Stephan Domenig gracias a un libro titulado La cura alcalina, esta dieta propone ingerir mayor o menor cantidad de alimentos, no con base en las calorías o nutrientes que aporten sino en función de la "acidez" o "alcalinidad" que éstos generan durante el proceso de digestión. ¿La razón argumentada? De eso depende el funcionamiento del organismo, y en definitiva, la salud general.

"Para que el cuerpo esté sano debe tener un equilibrio ácido-alcalino" puede leerse en una reseña disponible en www.alkalinecure.com,web oficial del autor. Uno de los métodos más importantes para evaluar esa salud es verificando el pH del cuerpo, debido a que el pH de los fluidos corporales, especialmente el de la sangre, afecta todas las células. El exceso de ácido en el cuerpo es llamado acidosis, la cual ocurre cuando los riñones y pulmones no pueden mantener el pH orgánico en equilibrio. La acidosis es más peligrosa que el exceso de alcalinidad corporal (llamada alcalosis). Es por eso que nosotros nos enfocamos en cómo prevenir y reducir el exceso de acidez orgánica".

De hecho, el creador de la dieta asegura en su libro que la acidosis está detrás de las molestias de salud más comunes de la gente, incluyendo el estreñimiento y la pesadez estomacal, los problemas de peso, la falta de energía, los dolores musculares y articulares e incluso la resequedad de la piel, la gripe y hasta el sangrado de encías o el mal aliento.

"La inflamación articular puede ser síntoma de que los minerales alcalinos en tus huesos y músculos están siendo extraídos para neutralizar la acidosis"; "el ácido disminuye la oxigenación en la sangre aumentando la debilidad" o "el exceso de ácido es eliminado a través de la piel, causando corrosión e inflamación", son algunas de las afirmaciones que Domenig deja colar como explicaciones para sustentar su teoría en un extracto de su texto publicado endailymail.co.uk.

Los partidarios de la nutrición alcalina sugieren que el exceso de ácido en la sangre también puede comprometer la salud de los huesos. "Si sobrecargas tu organismo con alimentos ácidos, el mismo usa sus sistemas de amortiguación para contrarrestar ese exceso. Como consecuencia, funciones importantes pueden verse afectadas. Por ejemplo, minerales alcalinos como el calcio serán extraídos de los huesos para compensar el pH de la sangre. A largo plazo, esto puede causar osteoporosis", sostiene la estadounidense Laura Wilson, autora del libro Alkalin 5 Diet, en un artículo publicado en el website www.healthista.com

Hasta la vista, proteínas
Tanto en su libro como en conferencias o entrevistas, el "gurú" de la dieta alcalina Stephan Domenig insiste en la necesidad de mantener el pH del organismo lo más cercano a su punto de equilibrio, para lo cual cree que la principal herramienta de trabajo es el cambio de los hábitos a la hora de sentarse a la mesa.

Pero, ¿cuáles son esos manjares prohibidos y cuáles los milagrosos? Según los apóstoles de este régimen, elementos como refrescos, el azúcar, el café o el alcohol, los alimentos procesados, los aceites refinados, la margarina, las tortas, los dulces de pastelería y el pan blanco deberían estar exentos de la dieta diaria.

Además, llaman a reducir al mínimo la ingesta de proteína animal proveniente de las carnes (incluyendo las magras de pollo, pavo o pescado), la leche, el yogur y los quesos -especialmente los madurados- e incluso plantean limitar granos como frijoles, lentejas y caraotas y frutos secos como el maní y el pistacho, comúnmente recomendados por nutricionistas de todo el mundo.

En su lugar proponen llevarse a la boca más cantidades de vegetales verdes, verduras como papa, auyama, remolacha o zanahoria; almendras, aceite de oliva, agua de coco, aguacate, infusiones herbales y frutas frescas, incluyendo las cítricas como el limón, porque a pesar de su sabor ácido le atribuyen propiedades "altamente alcalinas" gracias a su alto contenido de vitamina C.

"La mejor manera de consumir estos alimentos es seguir la regla del dos a uno; es decir, que dos tercios de cada plato estén compuestos por comida alcalina y sólo uno por alimentos ácidos", apunta Domenig en su libro, en combinación con otras heramientas como la ingesta de agua, la relajación al momento de comer y el masticado a conciencia de los alimentos.

Incluso, los "alcalinos seguidores" no imponen limitaciones en cuanto al tamaño de los platos. "Puedes comer grandes porciones de alimentos gustosos sin restringir carbohidratos -propone Laura Wilson en www.healthista.com. Consume mucha fruta fresca, vegetales crudos verdes todos los días y alimentos como pasta y papas en abundancia. Reduce la carne, las comidas empacadas, los lácteos, los aceites refinados y el alcohol".

¡Cuidado con los riesgos!
Los principios de este régimen coinciden con máximas avaladas internacionalmente. Desde hace más de una década, la Organización Mundial de la Salud adoptó la "Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud", dentro de la cual se recomienda el consumo de, al menos, cinco porciones diarias de hortalizas, verduras y frutas para combatir y prevenir enfermedades.

"Alrededor de 1,7 millones (2,8%) de las muertes ocurridas al año en el mundo son atribuibles al bajo consumo de frutas y vegetales -se lee en un artículo disponible en el website de la OMS, www.who.int.Un reciente informe recomienda un mínimo de 400 gramos de frutas y verduras por día (sin incluir papas y otros tubérculos feculentos) para la prevención de enfermedades crónicas como las cardíacas, el cáncer, la diabetes y la obesidad, así como para la prevención y disminución de varias deficiencias de micronutrientes".

Sin embargo, especialistas consultados muestran sus reservas ante ciertas restricciones que impone la dieta del doctor Domenig. A Claret Mata, nutricionista y dietista de la Universidad Central de Venezuela, le preocupa particularmente el llamado a reducir el consumo de proteínas.

"Ciertamente, al restringir la ingesta de proteína de origen animal se restringe el consumo de colesterol y grasas saturadas, los cuales están relacionados con el desarrollo de aterosclerosis y eventos cardiovasculares. Pero no podemos olvidar que las proteínas de origen animal (pollo, carne, pescado, huevo, quesos y lácteos) son necesarias para el mantenimiento de la masa muscular y la reparación de tejidos. Contienen un perfil de aminoácidos que es difícil cubrir con productos de origen vegetal. Por otra parte, los lácteos son la fuente de calcio por excelencia y contribuyen a una adecuada salud ósea. Además, los granos son buena fuente de fibra y de bajo índice glicémico, muy importante para mantener en control los niveles de azúcar en sangre. Preocupa que una dieta baja en proteínas de alto valor biológico y baja en calcio lleve a largo plazo a la disminución de la masa muscular y ósea".

La experta venezolana sí aplaude que "promotores alcalinos" insistan en comer más frutas y vegetales y pidan decirle adiós al azúcar refinado, las grasas saturadas, los refrescos y los alimentos procesados.

"El azúcar simple es básicamente un elemento cultural para darle sabor a nuestras comidas, pero no es indispensable en la dieta. Por el contrario, el abuso en su ingesta favorece el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Los alimentos procesados, por lo general, aportan alta cantidad de energía y calorías, pero suelen ser altos en sodio, grasas y azúcares, además de contener aditivos y preservantes que se han visto relacionados con el desarrollo de enfermedades crónicas. En cambio, las frutas y vegetales aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Además, cuando se consumen enteros o en trozos, la fibra proveniente de la piel (concha) y/o de la pulpa genera saciedad. Si la persona se siente saciada o llena, come menos y puede controlar el peso".

¿Ciencia o mercadeo?
Detrás de muchas dietas novedosas está el interés comercial de abrir paso a nuevos productos que aprovechen el creciente interés de los consumidores por "fórmulas" de vitalidad y salud. Un informe de la empresa de investigación estadounidense Persistence Market Research asegura que el negocio de productos relacionados con dietas especiales crece anualmente entre 6 y 7% en todo el mundo y podría llegar a 144 millardos de dólares en 2020 (datos demarketresearch.com).

La dieta alcalina parece ser una excusa más para aprovechar este mercado. En Inter-net proliferan libros de recetas con platos para bajar de peso o textos de coaching basados en este concepto, y se consiguen desde polvos para preparar merengadas nutritivas hasta botellas de "agua alcalinizada" o pastillas para "mantener el PH equilibrado".

Y es que además de su beneficio nutricional, los partidarios de este régimen le atribuyen propiedades que van del antienvejecimiento al mejoramiento de la piel, el aumento de la energía o la prevención del cáncer y osteoporosis.

Sin embargo, las voces científicas son bastante escépticas. La Unión de Consumidores de Estados Unidos publicó un artículo en The Washington Post citando investigaciones para desmontar estas tesis.

"La nutricionista Tanis Felton, profesora asistente de la Universidad de Calgary, formó parte de un equipo que revisó 238 estudios buscando alguna conexión entre la dieta alcalina y la prevención de la osteoporosis. Los resultados, publicados en 2011 en el Nutrition Journal, concluyeron que no hay evidencia de que mejore la salud de los huesos. Por su parte, otro estudio de Fenton y una colega, aún no publicado, tampoco encontró beneficios en la prevención o tratamiento del cáncer", se lee en washingtonpost.com, en donde también se cita a un vocero de la Academia de nutrición y dietética de Estados Unidos: "La idea de que necesitas neutralizar el ácido en tu organismo regulando tus niveles de PH no tiene base científica creíble. El cuerpo puede mantener el equilibrio de su pH independientemente de la dieta".

Apoyada en esto, Claret Mata lanza una advertencia: "No se debe creer todo lo que se lee en Internet. El secreto de una alimentación saludable es incluir todos los grupos de alimentos en su justa medida. Si se consumen las porciones adecuadas de proteínas, carbohidratos, frutas, vegetales y grasas, garantizaremos el óptimo funcionamiento del organismo. No existen dietas mágicas".

Así lo resumió el magíster australiano en dietética Joe Leech en el portal authoritynutrition.com: "En términos generales la dieta alcalina es saludable porque promueve la alta ingesta de frutas y vegetales y la reducción de la comida procesada o chatarra. Pero eso no tiene nada que ver con que sea ácida o alcalina. Punto".

Fuentes consultadas 
alkalinecure.com
washingtonpost.com
dailymail.co.uk
healthista.com
authoritynutrition.com


Coordenadas
Claret Mata. Nutricionista y dietista. UCV.
Twitter: @clujaym

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