Según estudio de Fundación Bengoa
Venezolanos están obesos y desnutridos a la misma vez
Las familias de bajos ingresos basan su dieta en grasas y carbohidratos
La harina de maíz es lo más consumido entre los venezolanos de todos los estratos sociales ARCHIVO
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GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
martes 28 de abril de 2015 07:47 AM
Es el peor de los mundos: un gran porcentaje de venezolanos está obeso y desnutrido.
Tan peligrosa conjunción se acentúa en las clases sociales más pobres cuya alimentación se basa, en forma muy contundente, en carbohidratos y grasas. Y la relación es clara: mientras menor es el ingreso familiar, menos balanceada es su dieta. Y también comen menos frutas y verduras.
Estas conclusiones se reflejan en la Encuesta sobre condiciones de vida en Venezuela (Encovi), que presentaron Maritza Landaeta Jiménez y Marianella Herrera Cuenca, médicos de Fundación Bengoa, durante un evento realizado en la Universidad Simón Bolívar.
"La dieta básica es de baja calidad. Los alimentos que compran los pobres son calóricamente más densos, más baratos, están regulados y se expenden en redes públicas", sentenciaron las investigadoras.
Lo que más come el venezolano de cualquier clase social es harina de maíz, que conforma 10,5% del total de la compra. El problema es que los siguientes alimentos más consumidos también son carbohidratos: arroz, pan y pastas. Y después vienen las grasas.
En general, el panorama que se desprende de esta data de 2014 es sombrío.
"Venezuela es un país con doble carga de la malnutrición pues tiene desnutrición y obesidad", apuntan las especialistas. Sostienen que se han reportado alteraciones en el estado nutricional de niños y adolescentes y que el embarazo a temprana edad "contribuye a incrementar el ciclo intergeneracional de la malnutrición".
También hay hambre. Según la encuesta, 11,3% de los venezolanos sólo come dos veces al día. Esto empeora en los sectores de más bajos ingresos donde, registra el estudio, 39,1% de las personas no hace las tres comidas y pocas veces consumen huevo, verduras y frutas.
"Once por ciento de los encuestados están en situación de hambre y 39% de los más pobres realiza menos de dos comidas al día", expusieron las doctoras Landaeta y Herrera.
El problema podría ser el dinero. Un altísimo 80,1% de los encuestados considera que no le alcanza el dinero para comprar la comida. Este porcentaje sube a 85,3% en el sector de menores ingresos.
La actividad física está marginada en los hábitos de los venezolanos. Casi la mitad de la población, 47%, ni siquiera camina. En este punto, la relación con la capacidad económica también es directa: mientras más ingresos, más ejercicios hacen. En el segmento medio, 44,6% de los encuestados dice que hace ejercicio moderado y 10,4% ejercicio intenso. En el segmento alto, 51,5% hace actividad física moderada y 13,6%, intensa.
Tan peligrosa conjunción se acentúa en las clases sociales más pobres cuya alimentación se basa, en forma muy contundente, en carbohidratos y grasas. Y la relación es clara: mientras menor es el ingreso familiar, menos balanceada es su dieta. Y también comen menos frutas y verduras.
Estas conclusiones se reflejan en la Encuesta sobre condiciones de vida en Venezuela (Encovi), que presentaron Maritza Landaeta Jiménez y Marianella Herrera Cuenca, médicos de Fundación Bengoa, durante un evento realizado en la Universidad Simón Bolívar.
"La dieta básica es de baja calidad. Los alimentos que compran los pobres son calóricamente más densos, más baratos, están regulados y se expenden en redes públicas", sentenciaron las investigadoras.
Lo que más come el venezolano de cualquier clase social es harina de maíz, que conforma 10,5% del total de la compra. El problema es que los siguientes alimentos más consumidos también son carbohidratos: arroz, pan y pastas. Y después vienen las grasas.
En general, el panorama que se desprende de esta data de 2014 es sombrío.
"Venezuela es un país con doble carga de la malnutrición pues tiene desnutrición y obesidad", apuntan las especialistas. Sostienen que se han reportado alteraciones en el estado nutricional de niños y adolescentes y que el embarazo a temprana edad "contribuye a incrementar el ciclo intergeneracional de la malnutrición".
También hay hambre. Según la encuesta, 11,3% de los venezolanos sólo come dos veces al día. Esto empeora en los sectores de más bajos ingresos donde, registra el estudio, 39,1% de las personas no hace las tres comidas y pocas veces consumen huevo, verduras y frutas.
"Once por ciento de los encuestados están en situación de hambre y 39% de los más pobres realiza menos de dos comidas al día", expusieron las doctoras Landaeta y Herrera.
El problema podría ser el dinero. Un altísimo 80,1% de los encuestados considera que no le alcanza el dinero para comprar la comida. Este porcentaje sube a 85,3% en el sector de menores ingresos.
La actividad física está marginada en los hábitos de los venezolanos. Casi la mitad de la población, 47%, ni siquiera camina. En este punto, la relación con la capacidad económica también es directa: mientras más ingresos, más ejercicios hacen. En el segmento medio, 44,6% de los encuestados dice que hace ejercicio moderado y 10,4% ejercicio intenso. En el segmento alto, 51,5% hace actividad física moderada y 13,6%, intensa.
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