Por: Paula Ortiz Vidal portiz@grupo-un.com
Las imágenes y las explicaciones sencillas que publican en las redes sociales se han convertido en un aliado para que los nutricionistas aseguren que su asesoría no sea cuestión de solo media hora al mes. También, estas plataformas se han convertido en una ventana, no solo para el acceso de información (que puede ser tan correcta como errada), sino para que el paciente se acerque un poco más al especialista y conozca su trabajo y credenciales. “El asesorado ahora puede conocer y ver facetas de tu vida, retos y obstáculos reales así como puede ver cómo se desarrolla tu proceso de aprendizaje”, comenta Rebecca Eisemamm.
En la experiencia de Ariana Araujo, el uso que se le da a las redes sociales depende más del paciente que del especialista. “Algunas personas solo llegan a usar la información, otros se quedan en un like o RT”, comenta. Pero lo realmente importante es cuando se utilizan estas herramientas para contar anécdotas y expresar dudas, lo que genera una respuesta que, a la larga, deriva en mejores resultados.
Según explica Johan Almarza, las consultas a distancia solo son recomendadas para casos bien tipificados, como diabetes, obesidad o rendimiento deportivo; pero en pacientes multiorgánicos (con numerosas patologías), siempre será recomendable la modalidad presencial y en la que inclusive se involucren otros especialistas. También existen las consultas vía Skype, en la que, a pesar de no tener la posibilidad de hacer una evaluación física completa, se tiene un acercamiento igual que en la consulta privada, o inclusive mayor, pues se puede monitorear actividades diarias como cocinar, comprar alimentos o revisar la alacena de la casa.
Atentos a los mitos
Araujo explica que, en consulta, los trastornos de alimentación han aumentado desde que empezó en las redes sociales el auge de la “alimentación saludable”: los usuarios compran estándares de belleza a los que intentan llegar con sacrificios extremos y poco saludables.
“Las dieta detox carecen de bases científicas y más son los beneficios económicos que generan para quienes se lucran de las tendencias, que para quien las consume”, explica la experta, para quien un cuerpo sano tiene todos los órganos y mecanismos para desintoxicarse por sí solo, y explica que al licuar los vegetales, se pierde gran parte de la fibra. “Estos jugos, además, no deben ser consumidos por diabéticos ni por personas con triglicéridos o insulina alta”, puntualiza. Numerosos son los desaciertos que pululan en las redes sociales y que son pregonados por voces no profesionales. La especialista aclara algunos de los más comunes:
El aceite de coco, recomendable para sustituir cualquier otro, es rico en grasas saturadas, por lo que no puede ingerirse con demasiada frecuencia.
La sal marina, también incluida en numerosas recetas fitness, no está iodada, por lo que no cubre los requerimientos de iodo del cuerpo.
Existen recomendaciones sencillas, como tomar agua tibia con limón en las mañana, que no generan mayores recomendaciones que la de lavarse los dientes inmediatamente después para evitar que el cítrico afecte el esmalte dental.
El ejercicio en ayunas no es saludable.
¿Consumir carbohidratos en la noche? Con cautela, pero son necesarios: ellos representan el combustible del cuerpo y las cantidades de consumo dependen de los regímenes de ejercicio de cada quien.
Las dietas veganas no son más saludables que aquellas que contienen carne. Responden a una postura sobre el trato animal, no a una cuestión de salud. La soya, por ejemplo, tiende a ser dañina si se consume desmesuradamente.
No es común que una persona tenga déficits de proteína, así que consumir Whey protein a diario suele ser un error. “Este tipo de proteína en general inflama y acidifica nuestro sistema, además de recargar nuestro hígado, sobre todo si nuestra rutina de ejercicio no es tan exigente en cuanto a crear masa muscular”, advierte Rebecca.
¿A quién seguir?
No se guíe únicamente por la cantidad de seguidores. Muchas veces las cuentas “gordas” pueden ser manejadas por un community manager sin conocimiento del tema.Mucho menos se base en la apariencia del dueño de la cuenta para confiar en la calidad de los consejos.
Certifique las credenciales del especialista y considere que sean algo más que un curso o diplomado en el tema. Un especialista serio, normalmente tendrá un enlace a su resumen curricular.
Verifique la experiencia de otros pacientes.
Atento a que lo que se publique en estas cuentas tenga un sostén bibliográfico o científico comprobable.
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