El cultivo de papas con agua salada, una apuesta contra el hambre
Este proyecto puede constituir una salida al problema de la salinización de los suelos, que amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas.
Un operario escoge las papas más adecuadas, en un centro de cultivo salinizado (AFP)
EL UNIVERSAL
jueves 30 de abril de 2015 09:37 AM
Den Hoorn (Holanda).- Un pequeño campo de la isla holandesa de Texel, azotado por los vientos del mar de Wadden, podría aportar una respuesta al hambre en el mundo con su plantación de papas cultivadas en agua salada.
Y es que este proyecto puede constituir una salida al problema de la salinización de los suelos, que amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas.
Entre las ovejas y los diques de la isla de Texel, Marc van Rijsselberghe ha plantado una treintena de variedades de papas.
"Distribuimos siete concentraciones de agua en el campo sometido a prueba, que va del agua dulce a la marina", explica a la AFP este agricultor de 60 años: "Tiramos lo que muere y estudiamos lo que sobrevive".
No sólo hay papas. Marc y su equipo, apoyados por la universidad de Amsterdam, estudian la compatibilidad con las zanahorias, fresas, cebollas o ensaladas, entre otras verduras y frutas.
En esta "granja de papas saladas", los experimentos comenzaron en 2006 con la esperanza de ayudar a las personas desnutridas en el mundo.
El pequeño equipo de investigadores y agricultores realiza las pruebas a todas las plantas a su disposición para ver cuáles sobrevivirán en un entorno con proporciones elevadas de sal. Lo hace sin laboratorio ni organismos genéticamente modificados (OGM).
La papa es la cuarta planta más cultivada en el mundo, con 5.000 variedades diferentes, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Vemos que las variedades cuyos ancestros vivieron hace cientos o miles de años cerca del mar soportan mejor el sal que otras", explica Mark van Rijsselberghe.
Numerosas investigaciones se centran en aumentar la producción de algunas plantas, pero el equipo de Texel busca todo lo contrario: cultivar plantas en tierras hasta ahora consideradas hostiles, o sea inutilizables.
"En Holanda, lo sabemos todo sobre el agua y muchas cosas sobre la agricultura pero estábamos tan asustados por el mar que, hasta hace diez años, no habíamos encontrado la valentía de intentar que las plantas crecieran con agua marina", asegura este sexagenario.
La salinización del suelo se forma por una acumulación de sal motivada por la falta de irrigación o el riego inadecuado de las tierras.
Este fenómeno reduce en 2.000 hectáreas diarias la superficie de tierras agrícolas en el planeta, según el Instituto universitario de las Naciones Unidas para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud (UNU-INWEH).
Actualmente afecta a 62 millones de hectáreas (una superficie equiparable a la de Francia), en contra de los 45 millones de comienzos de los años 90.
Las soluciones actuales para que los suelos salinos puedan ser cultivables de nuevo son demasiado caras para muchos países.
El equipo de Texel está convencido de que sus papas podrían cambiar la vida de miles de agricultores en la región, y a más largo plazo de millones de personas.
La papa viene de Perú y los colonos españoles la introdujeron en el siglo XVI en Europa, donde fue esencial para sobrevivir a hambrunas de la época.
Según la FAO, a día de hoy casi 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, y la salinización amenaza el 10% de la cosecha cerealista mundial.
¿Y de gusto? Estas papas son dulces debido a que la planta produce más azúcar para compensar el entorno salino, asegura el equipo de Texel.
Tampoco aumentarían el consumo de sal de los seres humanos, dado que el sodio queda atrapado en las hojas, explica.
El precio sí que es salado: un kilo de estas papas cuesta actualmente cinco euros en Holanda, cuando las otras valen menos de uno en los supermercados.
"Producimos unos 30.000 kilos por hectárea", en comparación con los 60.000 que consiguen normalmente los agricultores, alega Robin Konijn, responsable de finanzas de la granja de Texel.
Y es que este proyecto puede constituir una salida al problema de la salinización de los suelos, que amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas.
Entre las ovejas y los diques de la isla de Texel, Marc van Rijsselberghe ha plantado una treintena de variedades de papas.
"Distribuimos siete concentraciones de agua en el campo sometido a prueba, que va del agua dulce a la marina", explica a la AFP este agricultor de 60 años: "Tiramos lo que muere y estudiamos lo que sobrevive".
No sólo hay papas. Marc y su equipo, apoyados por la universidad de Amsterdam, estudian la compatibilidad con las zanahorias, fresas, cebollas o ensaladas, entre otras verduras y frutas.
En esta "granja de papas saladas", los experimentos comenzaron en 2006 con la esperanza de ayudar a las personas desnutridas en el mundo.
El pequeño equipo de investigadores y agricultores realiza las pruebas a todas las plantas a su disposición para ver cuáles sobrevivirán en un entorno con proporciones elevadas de sal. Lo hace sin laboratorio ni organismos genéticamente modificados (OGM).
La papa es la cuarta planta más cultivada en el mundo, con 5.000 variedades diferentes, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Vemos que las variedades cuyos ancestros vivieron hace cientos o miles de años cerca del mar soportan mejor el sal que otras", explica Mark van Rijsselberghe.
Numerosas investigaciones se centran en aumentar la producción de algunas plantas, pero el equipo de Texel busca todo lo contrario: cultivar plantas en tierras hasta ahora consideradas hostiles, o sea inutilizables.
"En Holanda, lo sabemos todo sobre el agua y muchas cosas sobre la agricultura pero estábamos tan asustados por el mar que, hasta hace diez años, no habíamos encontrado la valentía de intentar que las plantas crecieran con agua marina", asegura este sexagenario.
La salinización del suelo se forma por una acumulación de sal motivada por la falta de irrigación o el riego inadecuado de las tierras.
Este fenómeno reduce en 2.000 hectáreas diarias la superficie de tierras agrícolas en el planeta, según el Instituto universitario de las Naciones Unidas para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud (UNU-INWEH).
Actualmente afecta a 62 millones de hectáreas (una superficie equiparable a la de Francia), en contra de los 45 millones de comienzos de los años 90.
Las soluciones actuales para que los suelos salinos puedan ser cultivables de nuevo son demasiado caras para muchos países.
El equipo de Texel está convencido de que sus papas podrían cambiar la vida de miles de agricultores en la región, y a más largo plazo de millones de personas.
La papa viene de Perú y los colonos españoles la introdujeron en el siglo XVI en Europa, donde fue esencial para sobrevivir a hambrunas de la época.
Según la FAO, a día de hoy casi 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, y la salinización amenaza el 10% de la cosecha cerealista mundial.
¿Y de gusto? Estas papas son dulces debido a que la planta produce más azúcar para compensar el entorno salino, asegura el equipo de Texel.
Tampoco aumentarían el consumo de sal de los seres humanos, dado que el sodio queda atrapado en las hojas, explica.
El precio sí que es salado: un kilo de estas papas cuesta actualmente cinco euros en Holanda, cuando las otras valen menos de uno en los supermercados.
"Producimos unos 30.000 kilos por hectárea", en comparación con los 60.000 que consiguen normalmente los agricultores, alega Robin Konijn, responsable de finanzas de la granja de Texel.
Eje del Buen Vivir brinda entretenimiento en Caracas
El paseo consta de ocho locales que ofrecen música, comidas y bebidas
Variedad gastronómica y de entretenimiento VENANCIO ALCÁZARES
CON INFORMACIÓN DE DAYANA VÁSQUEZ VÁSQUEZ | EL UNIVERSAL
jueves 30 de abril de 2015 12:00 AM
Los espacios recuperados del Paseo Eje del Buen Vivir, ubicado entre el Teatro Teresa Carreño y el Museo de Ciencias, frente al Ateneo de Caracas en Bellas Artes, son una de las opciones culturales, de esparcimiento y entretenimiento para los caraqueños.
El paseo consta de ocho locales que ofrecen una lista variada de productos. Entremeses, cafés, dulces criollos, helados, emparedados gourmet y coctelería nacional, son algunos de los rubros que disponen los establecimientos para el deleite del ciudadano a bajos costos, tal como señaló Emmy Herrera, Coordinadora general del Eje.
Los horarios de visita son de martes a jueves de 4 de la tarde a 10 de la noche; los viernes de 4 de la tarde a 12 de la media noche; los sábados de 4 de la tarde a 11 de la noche y los domingos de 1 de la tarde a 8 de la noche respectivamente.
A su vez los días viernes el espacio brinda música en vivo de jazz, bolero, bossa nova y música del mundo.
Asimismo Herrera indicó que los estacionamientos del Teatro Teresa Carreño y del Hotel Alba Caracas se encuentran abiertos para los visitantes del paseo, que además cuenta con funcionarios policiales del módulo Patria Segura en la plaza Morelos para resguardar la seguridad de los usuarios.
El Eje del Buen Vivir cumple cuatro años el próximo 4 de octubre con el objetivo de ser un espacio para disfrutar de la nocturnidad caraqueña a cielo abierto.
"El 4 de octubre de 2015 celebraremos el aniversario del Eje por todo lo alto. Invitamos a los ciudadanos a que conozcan los espacios. No trabajamos el primero de mayo por lo simbólico de la fecha, pero sí laboramos los demás feriados como Semana Santa y Carnaval, rigiéndonos por los horarios de tascas y restaurantes según Ley Seca, ya que somos una institución del Estado", aseguró Herrera.
El paseo consta de ocho locales que ofrecen una lista variada de productos. Entremeses, cafés, dulces criollos, helados, emparedados gourmet y coctelería nacional, son algunos de los rubros que disponen los establecimientos para el deleite del ciudadano a bajos costos, tal como señaló Emmy Herrera, Coordinadora general del Eje.
Los horarios de visita son de martes a jueves de 4 de la tarde a 10 de la noche; los viernes de 4 de la tarde a 12 de la media noche; los sábados de 4 de la tarde a 11 de la noche y los domingos de 1 de la tarde a 8 de la noche respectivamente.
A su vez los días viernes el espacio brinda música en vivo de jazz, bolero, bossa nova y música del mundo.
Asimismo Herrera indicó que los estacionamientos del Teatro Teresa Carreño y del Hotel Alba Caracas se encuentran abiertos para los visitantes del paseo, que además cuenta con funcionarios policiales del módulo Patria Segura en la plaza Morelos para resguardar la seguridad de los usuarios.
El Eje del Buen Vivir cumple cuatro años el próximo 4 de octubre con el objetivo de ser un espacio para disfrutar de la nocturnidad caraqueña a cielo abierto.
"El 4 de octubre de 2015 celebraremos el aniversario del Eje por todo lo alto. Invitamos a los ciudadanos a que conozcan los espacios. No trabajamos el primero de mayo por lo simbólico de la fecha, pero sí laboramos los demás feriados como Semana Santa y Carnaval, rigiéndonos por los horarios de tascas y restaurantes según Ley Seca, ya que somos una institución del Estado", aseguró Herrera.
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